Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

domingo, 5 de febrero de 2012

CARLOS, EL POETA CON NOMBRE DE TANGO


Por Francisco Martínez Marín (1)


En la noche del 31 de diciembre de 1972, un oriolano asentado en Barcelona, en la Calle Aurora, 7-1º-1ª, leía un libro, YO MIGUEL, sobre su amigo y poeta, tan querido, Miguel Hernández, en cuyas páginas se hablaba de su vida también: era Carlos Fenoll Felices. Murió Tras repasar por centésima vez algunas de las anécdotas que le concernían, y que él mismo me había escrito de su puño y letra, nunca a máquina; hablaba de su calle VITAL de Arriba, 5, "Libertad y Panadería" en su lema de "SILBO" -Editada 1936 tres (sic) números solamente-. [El inicio de la guerra impidió la salida del tercer número].
Todos aquí [Orihuela] piensan que había nacido en la calle en que vivió: pero el que conoce los rincones de nuestro ayer, sabe bien que como Miguel Hernández y los "Visenterres", nació en la calle de San Juan, esquina al callejón con tapia al convento de monjas, donde la familia tenía un horno; por él, y tras cruzar la calle del colegio, por el de Cuatro Esquinas, -cuna de un poeta y periodista llamado Juan Sansano Benisa-, se llegaba a la más amplia y tranquila calle de Arriba -hoy, del poeta M. Hernández-. Más allá vivían los pintores Enrique Luis Cárceles y sus hijos, nativos de ésta, y tenían taller de modista con numerosas oficialas, una de ella se llamaba Josefina Manresa Marhuenda.
Fue una familia de 12 hermanos, de los que sobreviven tres mujeres, la menor Monse, casada con José Riquelme, y Efrén, aún en Valladolid, jubilado, y la que fuera novia de Ramón Sijé -José Marín-, Josefina, que casó con Jesús Poveda -hoy en Torrevieja-.
Comencé a interesarme por Carlos Fenoll en 1946-47, cuando reuní de él y de M. Hernández una colección de 70 u 80 poemas suyos, que saqué de la Hemeroteca local, desde 1928 a 1936, y otros lugares particulares. Nunca pudo publicar un libro. Pero... en 1948, cuando corría el verano, nos reuníamos en casa de Efrén Fenoll, su panadería de Arriba 5, y ofrecía la idea de unir a los hermanos con un racimo de poemas, escrito en una máquina portátil y remitidos a su casa de Barcelona con ocasión de su cumpleaños.
Nada se ha dicho de esto hasta hoy. Escribí a Carlos durante 4 ó 5 años y logré reavivar su afición a escribir poemas. Logré que escribiera algunas cosas para [revista] JUVENTUD MARIANA, desde 1951 a 1954. Y me mandó un largo poema titulado "Reflorecer", que se publicó en 1953 en Semana Santa, sobre el volver a ser escritor y poeta de nuevo.
Cuando de 1948 a 1954 conseguí despertar a Carlos de esa "pereza", llegué a obtener una colección de cartas suyas, en las que se notaba un deseo de recomenzar. Le conecté a JUVENTUD MARIANA, y ello avivó su deseo de volver a participar en una Empresa periodística o revisteril, como la que tuvo cuando escribía en Orihuela en la etapa 1928-30, en ACTUALIDAD, RENACER, DESTELLOS y VOLUNTAD, con su etapa en EL PUEBLO de ORIHUELA. En esos años Carlos fue poeta, recitador -en el Tetrao Circo, con Hernández-, creador de artistas aficionados, en la Casa del Pueblo, cantor de tangos, de Carlos Gardel. Como era aficionado a los toros, se colaba en la Plaza de Orihuela, de la que eran provedores de los caballos de picadores los Hernández [abuelo materno llamados los Mansebo], llegando un día a tirarse en plena corrida como "aficionado" , por lo que fue metido en el retén, pasando allí alguna noche, siendo liberado por su padre, previo pago de una multa. En una pared de su ¿alcoba? -perdido ya- escribió unos poemas que recogí en ese libreto: En uno, recordaba algo que todos sabían en Orihuela: Miguel Hernández estaba en la cárcel, en Alicante, en 1941. Y Carlos rememoraba el hecho con esta cuarteta:
"En Orihuela ha nacido/el año cuarenta y uno,/con una fúnebre cara/de tenebroso verdugo".
Al año siguiente moría Miguel Hernández en la prisión, el 28 de marzo de 1942. MOMENTO, en su número único de Semana Santa, de marzo [1942], le dedicaba una página, escrita por el profesor Antonio Pantucci, amigo de Antonio García y Emilio Bregante.
Luego vimos crecer su poesía religiosa, en el poema dedicado al "Cristo yacente", del que tanto gustaba Juan Bellod Salmerón...
Su llama, ardiente mil veces entre las nubes de su horno que consumió muchas de sus poesías, no le dio la fortuna, aunque en Barcelona llegó a escribir poemas, cuentos, incluso quiso participar en un concurso y en una editorial, cuyas colaboraciones conservará la familia, en su casa, de calle Aurora, 7-1º-1ª. Su mujer me lo contó un día en el café Colón, al hablarme de la muerte de Carlos. Era un 17 de julio, día del Pájaro.
Suyos fueron estos versos: San Miguel. Fragancia a tomillo... sol./ Sube la gente en tropel,/ la cuesta de caracol./ Pan. Sal. Y Vino moscatel. Y el jueves de Carnaval, / se pasa como la miel.


*******
HORA INDECISA
Ha llovido: y perdura, ya muy débil
un fragor de tormenta. El cielo está
cubierto de ceniza. Agosto sube
a su ahogado crepúsculo final.
Un pensamiento súbito: mañana,
en el alma de Europa, ¿cerrarán
las nubes de la guerra el horizonte
de esperanza en el tiempo de la paz?
¿Se ha de obrar el milagro que la salve,
-¡Oh, milagro de amor, de lumbre y pan!_
al hallarse una ruta de justicia
para los hombres de buena voluntad?
La ansiosa incertidumbre, y el paisaje
profundamente triste y hosco, dan
a mi espíritu un hondo sentimiento
de infinita piedad.
..

Carlos FENOLL
"Verbo"
Noviembre 1946

Artículo publicado en "La Lucerna", año VI, nº 41, 1995, Orihuela

1).-Francisco Martínez Marín nació el 5 de agosto de 1928 en Orihuela, falleció el 13 de mayo 2007), muy cerca de donde vivió quien, con posterioridad, sería fruto de sus desvelos muchos años y objeto de varias de sus publicaciones. Nos estamos refiriendo al poeta Miguel Hernández.

Francisco Martínez Marín nació en la calle del Colegio, hoy de Adolfo Clavarana, que por esas casualidades del destino, también tendrá relación con otra de las aventuras editoriales de Francisco Martínez: Juan Sansano Benisa. Como todos saben, Sansano fue primero aprendiz y luego responsable del taller de imprenta donde se editaba el diario La lectura popular, de Orihuela, diario fruto del empeño del abogado, periodista y editor Adolfo Clavarana. Es en este domicilio donde se sentirá, por un lado, muy apegado a la naturaleza por la proximidad a la sierra y la cercanía de varios corrales de ganado caprino, pero también muy cerca de la rutina educativa y religiosa del colegio: clérigos que pasaban, los toques del cercano campanario...

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