En contra de la oponión de algunos biógrafos que han escrito que Carlos Fenoll dejó de escribir cuando llegó a Barcelona, como escribe Vicente Ramos:
"Enmudeció el poeta Carlos Fenoll, y, triste, abandonó su Orihuela para avecindarse en Barcelona. Desde entonces, se sucedieron largos años de silencio, de pleno alquitaramiento y maduración. El poeta, más melancólico que nunca, ambicionó una nostálgica recreación de su propia existencia, partiendo de su lejana niñez. Escribió poco: algunos poemas ocasionales que le solicitan desde su tierra nativa y otros versos, muy hondos y lentos y depurados que se derramaban de sus más íntimos horizontes". ("El poeta Carlos Fenoll", Instituto de Estudios Alicantinos, nº 12, mayo 1974, p.71)
No es cierto, como podemos leer en varias cartas a Poveda y otras a Manuel Molina, donde les cuenta sus proyectos literarios, y su presentación a sendos premios, puesto que era la única forma de poder publicar en aquella dura España de posguerra. Al parecer Poveda y Josefina le dieron un adelanto o especie de beca para que Carlos trabajara firmente en las novela La sombra herida. De cuyo borrador desconocemos ni su actual paradero.
También empezó un poemario titulado Espada de fuego, de que escribió seis poemas. El título tiene semenjanas a Espadas como labios 1932 de Vicente Aleixandre al que conoció en Madrid durante la guerra.
"Barcelona, 20 de Abril-1954 - Queridos hermanos Jesús y Josefina: Mi novela "La sombra herida", con otras cincuenta y seis, quedó excluida "por no ajustarse estrictamente a las bases". La mía, concretamente, por sobrepasar la máxima extensión exigida en veinticinco folios. Yo, en verdad, no tenía experiencia de lo que da de sí una cuartilla manuscrita pasada a máquina y erré en este sentido, aunque creí no fuese un obstáculo tan grande como para ser excluida. A la hora de enterarse uno de esta determinación ya es materialmente tarde para cualquier arreglo, y casi moralmente imposible, pues no se aviene uno así como así a comprimir la estructura del mundo o ámbito que ha creado ni el cauce espiritual de las criaturas a las que ha dado vida. Pero, en fin, no se ha perdido todo: el editor Caralt me la compra. . . aunque yo no se la vendo por las seis mil ptas. que me da hasta probar fortuna de nuevo con ella..."
Rechazada la novela por eceos de extención, la vuelve a enviar a Valladolid quizás las bases se las enviara su hermano Efrén desde Valladolid?
"Esta segunda oportunidad me la brinda el Ateneo de Valladolid que ahora convoca su "IV Premio Ateneo de Valladolid de Novela 1954", y a cuyas bases se ajusta casualmente "La sombra herida,". Tuve un momento la tentación de venderla, acuciado por el deseo de remitiros el dinero con que me ayudásteis a terminarla, pero me dolía en el corazón perder todos mis derechos y mi fe en su mejor fortuna por el consabido plato de lentejas que los editores -lógico desde el punto de vista comercial- se arriesgan a ofrecer a un autor de nombre desconocido.
De todas formas no la he vendido, en realidad, pensando -y quiera Dios que sea cierto- que vuestra situación económica no es mala y os permitirá esperar un poco más -exactamente cuatro meses-, que es el margen de tiempo que necesito para saber la suerte que corre mi novela en la vieja Castilla. Si es adversa la venderé inmediatamente y os giraré el dinero.-
Este año también me presentaré a los premios de teatro y poesía "Ciudad de Barcelona". El dique de silencio se ha roto. Todo lo que ha ido acumulándose en mi sensibilidad durante tantos años mudos sale ahora impetuosamente. Quiero y confio "tener hecha" mi obra literaria fundamental antes del crepúsculo de mi vida, y estoy a ocho años de camino para llegar a él. Todo depende, claro está, de que la noche "sin vuelta de hoja" no me sorprenda…"
Es decir, que no ha perdido la ilusión por ganar algún premio. tambien escribe cuentos. Piensa que efectivamente la prosa tiene más salida que el verso.
Carta a Manuel Molina:
"En la actualidad escribo un cuento, que presentaré al 'Premio mensual de cuentos y narraciones cortas', instituido aquí por la Delegación del Ministerio de Información y Turismo en colaboración con la Editorial Mateu. No sé si volveré a escribir versos algún día, pero de momento pienso dedicarme de lleno a la prosa, en la que también podemos derramar nuestro espíritu y al mismo tiempo da dinero. Para el próximo año quiero presentarme al Premio Nadal y al Premio 'Ciudad de Barcelona' de novela. Posiblemente al primero con novela y al otro con teatro.»
(Barcelona, 10 de noviembre de 1954)
Otra carta a Manuel Molina:
...Hablando ahora de mí, he de decirte que ya he inaugurado mi nueva etapa creadora. Llevo escrito seis poemas, que casi me satisfacen, para mi libro Espada de fuego que pienso presentar al premio «Ciudad de Barcelona». Creo que ahora no me detendré hasta darle cima, porque tengo la impresión de que este libro me lo debo a mí mismo como razón o sentido de mi vida, deuda que también tengo moralmente contraída con quienes, ¡todavía!, no se han desengañado de mí.»
(Barcelona, enero de 1956)
Por lo que se desprende de estas cartas, evidenciamos que Carlos retomó la escritura en prosa, mucho más rentable que la poesía. Sin embargo, la ausencia de premios literarios, única forma de publciar a un novel, no llegaron, por ello debió desmoralizarse, como a cualquier escritor le hubiera pasado. Cuantos novelistas se quedaron con sus originales en los cajones por falta de algún editor que les descubrriera y confiara en ellos. Porque la realidad es que el escritor es una mercancía, un "ánimal de cuadra" en manos de los agentes litearios y editores, una marca nada más, que puede o no amortizar la inversión puesta en ellos, son mercaderes del libro y no altruista editores o hermanitas de la caridad. Aquellos editores altruistas y descubridores de talentos como aquel barcelonés Carlos Barral (1928-1989), y su editorial Seix Barral pasaron a la historia.
Ramón Fernández Palmeral, Alicante 8-o2-2012