Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

lunes, 6 de febrero de 2012

Recuerdos inédito de Efrén Fenoll, sobre Carlos y Miguel

Por Luis Miravalles Rodríguez

...Y de pronto, todo aquel idílico ambiente [se refiere al de la tahona], se fue rompiendo poco a poco a partir de la proclamación de la República, y todos los ánimos se exacerbaron con la irrupción de la política.
Todos se hicieron sospechosos, de modo que para justificar su izquierdismo, hubo de proveerse inmedia¬tamente de un carnet socialista. Hasta los menores de edad, como Efrén Fenoll, que tenía tan sólo 12 años, tuvieron que añadirse algún año más para obtener su carnet. Y naturalmen¬te al cultivo de los vientos encendidos surgen los «conversos», que siempre son los más radicales y ven sospechosos por todos los rincones. Por eso un tal Francisquillo, comienza a hostigar a la familia de los Fenoll, porque eran «propietarios», ya que poseían el negocio de la Tahona. También requi¬só un bombo de música al padre de Teresa, la futura novia precoz (12 años) y hoy esposa de Efrén Fenoll, porque tal vez lo consideraría un sig¬no externo de riqueza.
Carlos Fenoll, contestó a sus insinuaciones tal y como sabía, en poesía, a través de la prensa local, y aludiendo al pan:
«La bandera gloriosa del socialismo
tiene el fuerte colorismo de la amapola triguera»...

A pesar de todo, quedaban algunos momentos para el sano regocijo y Miguel, muy a menudo, le gastaba a Efrén, su amigo de correrías por la montaña de la Cruz de la Muela, una broma cariñosa: solía pasar por delante de la Casa de Teresa, la novia de Efrén, e imitaba perfectamente el silbido de su amigo hasta que ella salía por la puerta, y entonces -añade la propia Teresa- se la quedaba mirando, sin decir palabra, sólo con su ancha y fresca risa, enseñando la lechosa dentadura, que destacaba en su cara intensamente morena, y luego se alejaba rápidamente, dejando a Teresa confundida, aunque no demasiado enojada...

...Enmudeció la lira del poeta un día de febrero (sic) de 1942 [28 de marzo de 1942], pero Efrén conserva algo más que su memoria y las primeras ediciones de todos sus libros, con bellas dedicatoria escritas por la mano de Miguel...



Cuando paso por tu puerta,
la tarde me viene a herir
con su hermosura desierta
que no acaba de morir.

Tu puerta no tiene casa
ni calle: tiene un camino,
por donde la tarde pasa
como un caluroso vino.

Tu puerta tiene una llave
que para todos rechinan
en la tarde hermosa y grave
ni una sola golondrina.


Miguel Hernández

(Poema de Miguel en poder de Efrén, donde habla sobre la casa de los Fenoll)


"Últimos recuerdos sobre la guerra civil, del poeta y su íntimo amigo Efren Fenoll", publicado en Argaya (Valladolid, Diputación Provincial) 2º época, 1990 nº 18, pp. 67.77