Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

martes, 14 de febrero de 2012

Primeras andaduras de dos poetas: Carlos y Miguel


(Ejemplar de "El Pueblo de Orihuela" del 13 de enero de 1930)


Por Ramón Fernández Palmeral

A pesar de que Carlos Fenoll, dos años menor que Miguel Hernández habían nacido en la misma calle de San Juan (hoy Antonio Pinies) y que unos años después fueron vecinos en la calle Arriba, no puden existir dudas de que se conocian desde críos. El padre de Carlos, don Antonio Fenoll habían comprado uno una panadería con dos plantas porque le había tocado la Lotería; y, por la otra parte don Miguel Hernández Sánchez, dedica a la ganadería compró una casa con patio, corral y huerto.
No parece lógico que no se conocieran de vista y de juegos.

Lo que sí puede ser es que como cuenta Jesús Poveda hubo un encuentro literario, pues tanto Carlos como Miguel eran grandes lectores, y tenían aficiones literarias comunies y ocultas. Este encuentro "literario" parece ser que fue a mediados de 1928 en la Casa del Pueblo, de la calle de san Pascual donde ambos iban a por libros prestados. Más tarde Miguel se entera de que Carlos ha publicado en el semanario Actualidad nº 68, su primer poema “Canto al nuevo jardín oriolano” el 6 de junio del 29, director Alejandro Roca de Tagore.:
Jardín bello y fragante,
lleno de luz y poesía,
tu aroma penetrante
ilumina, a cada instante,
las musas del alma mía.


Poema que debió conocer Miguel Hernández y, en él, mediante versos sencillos, se celebra la placidez del lugar:

"Jardín bello y fragante, lleno de luz y poesía, tu aroma penetrante ilumina, a cada instante, las musas del alma mía".
Los motivos líricos le brotan de la directa observación de las cosas, y las estrofas se deshilan y engarzan en cauces de ternura, realismo e ingenuidad. Carlos Fenoll contaba diecinueve años y aspiraba a ser poeta de los llamados regionalistas. Data de esta época una elegía al tipismo de la barraca oriolana: "¡Qué envejecida, qué triste se encuentra aquella barraca que con su nivea blancura mi humilde huerta adornaba!"
(“El Poeta Carlos Fenoll”, Vicente Ramos, IEA nº12. 1974. p.64)

Dicha publicación evoca en Miguel el deseo de seguirle para ver su nombre impreso en un medio de comunicación. Comienzarán los encuentros en el alcabor de la tahona de la calle Arriba nº 5, además tienen un vecino en común el vicario general de la catedral de Orihuela don Luis Almarcha Hernández, que les prestará libros y la máquina de escribir de la marca Adler.
Los intercambios de opiniones fueron dando sus frutos, hasta que Carlos publica un poema laudatorio a Miguel “La sonata pastoril”, en El Pueblo de Orihuela, de 23 de diciembre de 1932.
Co la siguiente dedicatoria: A Miguel Hernández, el pastor que en la paz y el silencio de la hermosa y fecunda huerta oriolana, canta las estrofas que le inspira su propio corazón.

Cuando la tarde declina
y el sol va perdiendo el brillo,
tras de la parda colina
se siente la sonatina
de un alegre pastorcillo.


Con esta carta de presentación Miguel Hernández puede publicar su primer poema “Pastoril”, 13 de enero de 1930, en El Pueblo de Orihuela, órgano del Círculo Obreros Católicos. Cuyo director era don Luis Almarcha. Al fin vio por primera vez publicado su nombre en tinta de imprenta, y todo gracias a Carlos Fenoll. Firmaba como Miguel Hernández Giner. Publicó unas 17 composiciones.


Esta primera publicación de Carlos se debe a la recomendación e interés de Jesús Poveda, que los lo cuenta de esta con gran detalle:

“Don Tomás López Galindo, abogado y jefe mío en aquel despacho, publicaba el semanario de nombre Actualidad. Era yo el encargado de llevarle a la im¬prenta los originales de cada número. Me los daba bajo sobre; pero en el trayecto, lo abría, quitaba a un colaborador y ponía en su lugar un trabajo mío. Así es que empezó a aparecer mi nombre como poeta o prosista en aquel semanario y, cuando ya me gané su confianza -después de algún que otro disgustillo-, hacía esta misma faena y metía los versos de otro amigo que me había salido: el panadero y poeta Carlos Fenoll. Así fue como yo conocí a éste.”

Según Poveda fue él, el primero del grupo en publicar en prensa, desconocemos títulos y fechas, que fechas que queda por investigar. Carlos Fenoll, debido a sus dotes de trovero y versificador, trabajaría como publicista en El Pueblo de Orihuela y el semanario Actualidad, con versos rimados de propaganda para los patrocinadores de la publicidad, lo cual le procura demás de unos ingresos extras, una amistad con los redactores de Prensa para publicar su propios poemas como los de otros jóvenes poetas. Parece ser que Miguel también colaboró con Carlos en los textos de los anuncios.


Aficionados al teatro


El teatro como canalizador de la cultura de los pueblos en aquellos años, suponía un momento nos solo de ocio sino de encuentros y relaciones sociales, por ello, nuestros dos amigos Carlos y Miguel acudieran a cuantas representaciones pueden:

“Las otras visitas, acompañado de Carlos y Efrén, son al café de Levante, al Círculo de Bellas Artes, a la Casa del Pueblo o al Círculo Católico. En todos ellos, ambos poetas [Carlos y Miguel] tienen ya sus admiradores; también en la Biblioteca Pública, de donde siguen sacando libros que comparten y discuten. No se pierden ningún evento cultural y juntos acuden al estreno, el 23 de diciembre de 1929, de la obra lírica Montserratica, zarzuela del compositor oriolano Matías Rogel que, con letra de José Senén, pone en escena un coro formado por jóvenes y antiguos compañeros de Santo Domingo entre los que se encuentran Juan Bellod, Justino Marín, Botella, Luis Cartagena y Sebastián Asensio. También se han hecho asiduos del Teatro Circo, por donde pasan compañías teatrales como la de Ricardo Calvo, con el estreno de En Flandes se ha puesto el sol, de don Eduardo Mar- quina, o la de Tomás Ros, que ha traído a Orihuela La del Soto del Parral o El Santo de la hidra, sin desestimar, por supuesto, otras representaciones que llevan a la escena a Tirso, Zorrilla o Calderón. También hay que reseñar alguna actuación pública del tenor Pedro Sánchez Terol”… (José Luis Ferris, 2002, p. 68)

Carlos colabora en el primer viaje de Miguel a Madrid

El 30 de noviembre de 1931 Miguel, excedente de cupo para hacer el servicio militar, marcha a Madrid en contra de la voluntad del padre. Le apoyado económicamente sus amigos Carlos, Poveda y Ramón Sijé, como su madre Concheta y su hermanan Elvia. Estos amigos le despiden en la estación de Orihuela. Lleva también una recomendación de José Martínez Arenas para Concha del Albornoz, hija del ministro de Gracia y Justicia. Previamente Miguel le tenido la osadía de escribir a Juan Ramón Jiménez para que le recibiera en su casa de Madrid. Evidentemente éste no le recibió.
El 2 de diciembre le escribe a Ramón Sijé a quien llama hermano, contándole las anécdotas del viaje donde le dice: “Madrid no es como yo lo soñaba”… En Albacete se había armado con una navaja... navaja que aparecerá en la octava XXXVIII [Crimen pasional] de “Perito en lunas” enero de 1933
El 17 de marzo del 32, le escribe a Ramón Sijé en un tono malhumorado:
“Te repito: espero con impaciencia noticias tuyas y de la que has mandado el pliego y de lo otro, ¡maldito!” ( Llama maldito a Sijé seguramente porque esperaba que le mandara algún dinero y no se lo enviaba).

Y al final de la carta leemos una nota:
(Que lea esto Fenoll.)
Carlos: ¿Te acuerdas de la niña [esta niña no es Josefina Manresa, a la que conoció en el verano de 1933] aquella que vi la última tarde de mi estancia en Orihuela? Pienso en ella a todas horas. No te rías. Aunque te parezca absurdo estoy como tú... Haz el favor de darle (lo más discretamente que puedas y a solas si es posible) ese sobrecito.
Decidme si hay procesiones. Aquí ni se notará que es Semana de Pasión. Ved a mi madre y preguntadle por qué no recibo carta suya. Saludad a todos los amigos. Abrazos.

El 5 de mayo de 1932, en otra carta a Sijé, escribe un comentario cobre Carlos o Poveda, no sabe bien quiñen se lo ha enviado:
“Esta mañana he recibido carta de (¿Fenoll? ¿Poveda?)... y en cuyo exterior me manda un bonito romance… más parece un madrigal”.

Hubo otras cartas dirigidas a Carlos de la que hablaré en otro articulo. Las cartas aparecen en las O.C. de Miguel Hernandez, RBA. Tomo III, 2006 en las páginas: , 2367, 2389, 2404, 2423, 2545

En otro artículo hablaremos sobre el mito de la cartas.