Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

viernes, 3 de febrero de 2012

Semblanza de Carlos Fenoll, por Mati Bautista


Carlos Fenoll Nació en Orihuela el 7 de agosto de 1912.
Era hijo de panadero, oficio en el que se inicia apenas cumplidos los 15 años. Su padre muere a los 42 y su hermano mayor. El escenario de la primera parte de su vida es el mismo en el que creciera Miguel Hernández.

La formación primaria del joven panadero es la que le impone la humildad de su origen las propias circunstancias familiares. Molina y Ramón Sijé aluden a su negativa a aprender. Concretamente Sijé atribuye a la poeta estas palabras:

Yo no quiero leer- me dijo una vez el poeta-; quiero ser independiente, único. Le tengo miedo a Juan Ramón porque me atrae”


Tertulias de la tahona.


Un aspecto destacadísimo en la vida y la obra de Carlos Fenoll es la creación de la tertulia literaria que en torno a él y en su casa se organiza entre los años1930 y 1936. y sobre la manera que la integraron entra en contacto Vicente Ramos hace valiosas aportaciones decisivas para la formación y desarrollo del grupo. El primero de esos momento se refiere la amistad entre Miguel Hernández, un pastor que le y escribe versos mientras sus cabras pacen en la huerta.

Otros detalles contribuyen a reforzar la raíz popular de este poeta Jesús Poveda recuerda su pasión taurina, que lo impulsa incluso a lanzarse al ruedo como espontáneo y acabar en la comisaría, y Ramón Sijé escribe en 1932 sobre su predilección por el cante hondo y el vino de taberna, Cantaba el flamenco- añade Poveda- con verdadero gusto., como profesional, aunque no le ayudaba mucho su voz un poco ronca.

También es conocido el gusto por leerse entre si sus trabajos y el constante aliento de Fenoll hacia los proyectos de su amigo, que esperaba marcharse a Madrid para formar su formación literaria” Jesús Poveda completa estas afirmaciones con su testimonio:

“Miguel Hernández siempre sintió por Carlos Fennoll un afecto de hermano, lo admiraba, lo estimaba superior. Cuando le pedía a Carlos que leyera un poema que acababa de escribir, éste se recreaba, se crecía de los labios de aquel, y se deleitaba sin disimularlo. La entonación que el panadero daba a los versos que recitaba nos ponía en éxtasis, y el cabrero-poeta acababa soltando alguna exclamación de su ligero léxico huertano. Fenoll físicamente parecía una estampa clásica del antiguo ibérico. Era de estatura proporcionada, con ojos castaños, nariz recta, piel trigueña. Caminaba por la calle despacio y rumboso, como el Antoñito el Camborio del Romancero Gitano. Lo vi. muchas veces cuando sacaba del horno el pan que él mismo había sacado con sus manos, y en ese momento, dice Poveda, como si fuese a naufragar entre el sudor que le corría por la frente o con su propia pala a remo de un navegante en pan”

Poveda en sus escrito en un paisaje de las citadas memorias dice, refiriéndose a la posguerra de Fenoll:

..."Fue muy duro para que lo pudiera conllevar el tan sensible combatiente de la Republica Española”


Su bando fue, efectivamente, el republicano, pero cuando 1972 acepta ser entrevistado- por supuesto el motivo era Hernández-, Fenoll aclara su forma de participación, y esta breve referencia sin color ideológico es realmente lo que nos queda.

“ En la guerra –dice -no cogí un fusil. Trabajé en mi oficio, haciendo pan para las tropas de la Republica.

...El recuerdo de Ramón, de Miguel y de Gabriel, los tres hermanos menores de la poesía que surgió, al calor del horno de su tahona, era mucho peso para un bohemio que se empeñó en no querer seguir el camino poético de tan trágicas consecuencias. ...Y es que Miguel ya ha muerto, y un calambre de desesperanza le corre a Fenoll por la médula hasta que la pluma casi le tirita y todo el en torno es sombra de una sombra caliente que se fue. Así pues Carlos se marcha a Barcelona el mismo le escribe a Poveda, años después la verdadera causa de esta partida: arruinado el negocio familiar, y también un ambiente ensombrecido” Eran tiempos difíciles para todos, para el pan y para las palabras.

Este propósito de volver a la poesía es anterior a 1952 en septiembre y sólo un mes después lo consideraba “Propósito de Humo”.

La añoranza de Orihuela, y en especial de los años de las tertulias, es una constante en la correspondencia del poeta, quizá porque no sustituyó aquellas vivencias o pura nostalgia de los años mozos. Esto, unido a sus dificultades económicas, va hundiendo a Fenoll.

En 1961 escribe a Antonio García-Molina:

Se me desalienta el amor a la belleza más cada día
Nada hace chispear a mi espíritu, nada lo imanta.
Ya no sólo el trabajo duro ni el tener que vestir y calzar a crédito lo que me impide reaccionar favorablemente ante la belleza; es también una confusión, un disgusto intimo casi permanentemente ante la vida actual.


Abundan, pues los documentos que muestran el desacuerdo entre el espíritu sensible de Fenoll y las circunstancias de su vida. Algunas cartas acaban con unos ligeros versos de despedida.

Carlos Fenol murió en Barcelona, el día 31 de diciembre de 1972. Como poeta fue recordado entonces por unos cuantos paisanos.

En 1949, Efrén, su hermano, y Francisco Martínez Marín habían proyectado la edición de su obra escrita hasta entonces y dispersa en la prensa para celebrar que Carlos cumplía 37 años. Fenoll desde Barcelona se alegró del gesto, pero rechazó el ofrecimiento.


Mati Bautista