Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

miércoles, 15 de febrero de 2012

Episodios del fin de la guerra en Orihuela


(Entrega de fusiles)

Finalizada la guerra civil a primeros de abril del 39, Orihuela, que había sido zona republicana, se conviertió de repente en zona falangista, registrando casas, incautando documentos y persiguiendo y deteniendo a todos aquellos que se habían señalado como republicanos o habían estado en el frente. Carlos Fenoll tuvo que refugiarse en su propia casa. El hermano Efrén detenido y enviado a una cárcel de Valencia y después a Córdoba para ser "reeducado". A Miguel Hernández le detuvieron el 28 de septiembre del 39 en Orihuela y enviado a los sótanos del Seminario de San Miguel. Llegó a haber 1.700 prisioneros. Entre otros oriolanos Ramón Pérez Álvarez, Ramón Cuenca, Luis Fabregat..., Muchos de ellos no pudieron embarcar en uno de los buques que salía del puerto de Alicante como el carbonero inglés Stanbrook. Carlos no tenía nada que temer pues no tenía delitos de sangre, pues había estado haciendo pan durante los años de guerra para alimentar a las tropas republicanas. Se quedó junto a su mujer e hijo, asumiendo las consecuencia futuras.




Leer la entrevista que concedió Efrén Fenoll a Luis Miravalles en Valladolid:

"Hay episodios de la guerra que todavía requieren una lógica explicación: ¿Cómo se sabía en Orihuela que la guerra estaba perdida cinco días antes de acabar?

Un saco se rompe y le cubre de arroz. Al ruido el camión se para, y uno de los conductores le descubre y le dice que se baje, porque ellos van solamente hasta Orihuela a llevar el arroz a Santo Domingo, ahora almacén de alimento. ¡Justo al lado de su casa!... Efrén piensa que aquello era algo tan providencial, que, sin duda, se debía a la devota intervención de su madre.
Orihuela está repleta de falangistas por todas las calles, pero todos conocen a Efrén, todos han sido amigos de su infancia y sabían que nunca había sido un cabecilla, ni un exaltado o criminal, simplemente un liberal que había incluso colaborado hasta con las congregaciones religiosas y repartido pan hasta en las casas de alta sociedad. Nadie le detiene ni molesta. Aunque sí sería «reeducado» posteriormente, junto con los del 38, en un cuartel de Córdoba, donde no le permitieron ni acercarse al entierro de su madre [1942], algo que realmente nunca pudo asimilar y por ello aún conserva siempre puesta una corbata negra, como símbolo emblemático de su rabia contenida y un inmenso dolor, que aún le quiebra la voz.
Efrén había sido el recadero de la tahona y de la hoja poética de sus amigos: «SILBO», de la que se han lanzado en facsímil los dos únicos números que salieron, encabezados con una generosa dedicatoria de Juan Ramón Jiménez.
Efrén recorría las calles de Orihuela con su carrito chapado de hojalata, sentado en el varal y domando al rebelde burrillo con su voz seductora, llena de frases campanudas e inverosímiles...[...]
Oyéndole se creería que uno está escuchando al propio Miguel Hernández, tal es el ardor y el entusiasmo con que recita de memoria todos sus versos, mientras Teresa, su mujer, también le ayuda a recordar, complacida y entusiasmada. Así terminan estos recuerdos inéditos sobre Miguel Hernández y la Guerra Civil, relatados por su amigo Efrén Fenoll, al que Miguel llamaba «El chico moreno que rima con tren», hoy última voz viva de la Tahona de los hermanos Fenoll, afincado en Valladolid, desde la posguerra.
Aquello fue una guerra absurda, un horrible caos, una desventura que arrebató a otros muchos, a todos, el maravilloso tren de la infancia".

Bibliografía. "Sobre la guerra civil: recuerdos inéditos de Miguel Hernández y de su amigo Efrén Fenoll. Revista Argalla (Valladolid.Diputacion Provincila) 2ª Epoca, nº 18 (1990)


(Archivos de Gaspar Peral Baeza)