Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

viernes, 27 de enero de 2012

El panadero-poeta de la calle de Arriba de Orihuela


(Carlos Fenoll y Manuel Molina en Alicante, abril de 1968)

Escribe Manuel Molina una crítica poética sobre el estilo de Fenoll, en su Antología de poesía alicantina actual (1942-1972), pp.21.22.:

"Está claro que Carlos Fenoll, estéticamente, nada tiene que ver con los. escritores de la generación oriolana del año 1930. Su estilo es conciso, claro y corto, sencillo y luminoso como la voz popular, sin que por ello pierda un ápice de belleza y altura poética de buena ley. Su realismo idealizado es un hallazgo poético de primera magnitud, y un nuevo horizonte para la canción. En su madrigal a la Mujer Alicantina, hay muestras como éstas:

"La noche es una selva palpitante y una selva una noche misteriosa; el rocío es un llanto de diamante en la dulce mejilla que es la rosa.
Un beso es una espada de un húmedo coral para el amor. El mar es solamente una mirada y una tierna mirada es una flor. Un astro es una mano que resbala por la sombra de un triste pensamiento, y una mano es un ala que palpita en el viento. Donde acaba tu piel acaba la tersura. Después de tu mirada, ya no hay miel. Sueña el jazmín tu blanca dentadura".


Impresión, pálpito, pasmo, son las constantes ahora —en su tercera etapa— que saltan y asaltan la fluida música de su verbo, la cascada cálida de su oración. Hasta cuando infantil¬mente coquetea con sus modos iniciales, nos dice":


"La vi ni viva ni muerta;
vibrante y no se movía. . .
(¿Quién, Adivinanza, acierta
que vi su fotografía? ).
Y como lo vi, lo cuento:
Desde la luz de una playa
a un alto enigma del viento
le pide que no se vaya. . .

(No puede ser que al aroma
de su manecita en vuelo
no acudas pronto, paloma,
nube, motivo del cielo:
será, cual mi corazón,
preso al fin por la eficacia
que da a su fascinación
el Hada Azul de la Gracia".