Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

lunes, 23 de enero de 2012

Tres octavas de Miguel H. dedicadas a Carlos


(Biblioteca Nacional)

La espera puntual de la semilla,
parte, cuando tú llegas a las altas,
de subterraneidad aún amarilla,
¡oh dedo en puente que a la comba saltas!
Espadas abres negras y peraltas,
bajo tu reja —rápida— mantilla,
si redoblas tambores, digo norias,
corriente de limón, talla de glorias.
Para mi amigo Carlos

Miguel



II. Carlos Fenoll y Miguel Hernández:

La relación de amistad entre Miguel Hernández y Carlos Fenoll [Orihuelas 07-08-2012] nos transporta a los inicios poéticos y a las primeras publicaciones del poeta de Oleza. A finales de 1929, en concreto el 30 de diciembre, Fenoll, que colaboraba asiduamente con el semanario El Pueblo de Orihuela, publica un poema –“La sonata pastoril”– que dedica a Miguel Hernández con las siguientes palabras: «A Miguel Hernández, el pastor que en la paz y el silencio de la hermosa y fecunda huerta oriolana, canta las estrofas que le inspira su propio corazón»3. Miguel Hernández le respondería en ese mismo periódico poco después, en concreto el día 13 de enero, con el poema “Pastoril”, su primera publicación. Fenoll, por lo tanto, forma parte del primer círculo de amistad de Miguel Hernández, forjado entre la masa y el olor a pan de la Tahona de los Fenoll, lugar de reunión de Hernández, Sijé y otros amigos amantes de la literatura.

Cuenta Fenoll, en la entrevista que concedió a José María Moreiro en 1972 y en la que rompía su silencio de más de treinta años, dice que se reunían en el alcabor, estancia situada justo encima del horno donde fermentaba la masa envuelta en paños. Fenoll y Miguel se conocieron a través de Josefina, hermana de Fenoll y novia de Ramón Sijé. Josefina actuaba en un teatro local y, un día, un primo de Miguel lo llevó a una representación. La emoción que le produjo aquello hizo que a Miguel se le antojase interpretar una obra; lo hizo tan bien que salió a hombros. Justo después ya quería escribir él mismo una pieza al estilo de Adarvín y Villaespesa. Fenoll, por su parte, empezó a publicar en Actualidad y Miguel, al ver el nombre de Carlos Fenoll, le preguntó a Josefina si ése era su hermano el, inmediatamente, quiso conocerle. Miguel se presentó en casa de los Fenoll e interrogó a Carlos acerca de qué había que hacer para publicar: «Le dije que algo no muy largo, porque en el periódico disponían de poco espacio, pero Miguel, que tenía un temperamento arrollador, quería escribir, a toda costa, «“una cosa grande”». Miguel volvió a ver a Fenoll esa misma noche con cincuenta versos bajo el brazo en forma de un poema titulado “El pirata”, inspirado en Espronceda. «Dijo que se había imaginado el mar y yo le insté a que escribiera sobre las cosas circundantes, más conocidas, donde no tendría necesidad de inventar nada». Parece que Miguel Hernández hizo caso a Carlos Fenoll, al menos en cuanto a Perito en lunas se refiere. Precisamente, sobre el gongorismo, apunta Fenoll: «El salto a Góngora fue rapidísimo. “Perito en Lunas”, evidentemente gongorino, supera al propio gongorismo. Es un puro libro de acertijos…»


Por Francisco Javier Maldonado Araque. Universidad de Granada.


La octava real que apecere publicada en "Perito en lunas" es la número XXII PANADERO



Aunque púgil combato, domo trigo:
ya cisne de agua en rolde, a navajazos,
yo que sostengo estíos con mis brazos,
si su blancura enarco, en oro espigo.
De un seguro naufragio, negro digo,
lo librarán mis largos aletazos
de remador, por la que no se apaga
boca y torna las eras que se traga.





La tercera octava que habla del horno de los Fenoll es [XXXV / HORNO Y LUNA]

Hay un constante estío de ceniza
para curtir la luna de la era,
más que aquella caliente que aquél iza,
y más, si menos, oro, duradera.
Una imposible y otra alcanzadiza
¿hacia cuál de las dos haré carrera?
Oh tú, perito en lunas: que y sepa
qué luna es de mejor sabor y cepa.


.............
CENTENARIO DE CARLOS FENOLL FELICES