Cuando se iban a cumplir los 10 años de la muerte de MH. Manuel Molina y Vicente Ramos le solicitaron unas cuartillas acerca de su relación con Hernández.
"Querido Manolo: Acabo de llegar del trabajo — tres de la tarde— y de leer tu carta, la que renueva en mi espíritu y en mi conciencia la inquietud que me produjo la de Vicente Ramos, que contesté hace dos días en sentido negativo respecto a la propuesta de escribir mis recuerdos de Miguel, negativa involuntaria, dolorosa, pues intenté hacerlo repetidas veces hasta que desistí, desalentado, al fin. Me encontré inexpresivo, impotente para superar una cierta depresión moral que subsiste.
Ahora tu carta renueva, como te digo, el enorme deseo de corresponder con mi grano de arena a esta empresa en pro de la mayor gloria de nuestro Miguel y el enorme temor de no hacer una cosa digna de él. Os pido un plazo de diez días para intentarlo de nuevo, al cabo del cual —el día diez de marzo —, si no ha llegado a vuestras manos mi trabajo, ya no lo esperéis, porque no habré podido hacerlo a pesar de todo (...) Te repito, Manolo, que voy a hacer lo posible por escribir ese prólogo. Me remordería siempre la conciencia, si no lo hiciera, pero me atengo a lo del plazo, porque... ¿Y si no me gusta?
Ya está completamente resuelto en mi ánimo que no escribiré lo de Miguelillo. No sé encontrar la expresividad, el colorido necesario para vivificar los recuerdos. Posiblemente, algún día, atraído aún más que ahora —más perspectiva— por el grandioso tema, silenciosa, emocionadamente, escriba mucho sobre su vida y la mía para dejar constancia firme y verdadera de lo que fue y fui yo para él y con él en la tierra (...) Pocos días faltan ya para que se cumplan diez años de la muerte de Miguel. El día 28 está muy cerca. Es una fecha que acapara todo mi interés. En ella culmina la verdad de una vida. Porque sólo es verdad aquello que puede conducirnos a una muerte sencilla; aquello que puede ser descrito cabalmente por una muerte aceptada con serenidad y largamente presentida".
(Barcelona, marzo de 1952).
Publicada en el libro "Miguel Hernández en Alicante", de Vicente Ramos y Manuel Molina Colección Ifach 1976 pp.154-156