Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

domingo, 26 de febrero de 2017

Carta inédita de Carlos Fenoll a Miguel Hernández donde le cuenta la muerte de Ramón Sijé

Carta de Carlos Fenoll a Miguel Hernández de fecha 31 de diciembre de 1935 (pág 1)
la frase "exterir remero del horno" se refiera  al octava real  XXII de "Perito en lunas" está dedicada al panadero poeta y amigo íntimo Carlos Fenoll:
                                                                        Octava XXII
Aunque púgil combato, domo trigo:
ya cisne de agua en rolde, a navajazos,
yo que sostengo estíos con mis brazos,
si su blancura enarco, en oro espigo.
De un seguro naufragio, negro digo,
lo librarán mis largos aletazos
de remador, por la que no se apaga
boca y torna las eras que se traga.
 ........................................................................................



Transcripción del texto de la carta



         Querido Miguel -- Llama y ceniza. Aquí, al pie del horno, exterior remero del horno, como tú me llamaste un día, escribo, traspasado el corazón por la vida, la pasión y la muerte de Pepito, frente a los dos símbolos: la llama y la ceniza.
            Pienso que el tiempo va a tener que librar una de sus más rudas batallas para conseguir curar y cerrar en nuestro corazón esta herida aterradora de abismo.
            Pienso ahora que Sijé era gigantesto, como una encina milenaria, puesto que sentimos pavor en el desamparo infinito que nos deja la ausencia de sus ramas.
            Pienso en ti, Miguel, que eras su hijo espiritual más querido; al que más quería porque se le descarriaba un poco de vez en cuando... En ti, y en tu dolor y tu pena, Miguel, pienso yo constantemente, por no haber tenido ni el consuelo de verle muerto y besarle la frente. Consuelo que al fin y al cabo hemos tenido todos nosotros.  Si nosotros no creemos, si nuestro espíritu se resiste a fijarse, a clavarse en la idea de que ha muerto, ¿qué serás tú? Tú que no has sentido el hedor de su frente entre tus labios...
            Sijé se metió en cama el mismo día que nació mi hijo, el 15 de diciembre, a las 8 de la noche, una hora después de haber venido a verlo con Josefina. Pues todo fue llegar de mi casa al horno que sentir un pequeño dolor en el bajo vientre y decirle a mi hermana que se iba a su casa a meterse en cama. Al otro día le escribía a Josefina diciéndole que le había dado un poco de fiebre, que se había purgado. Que no se inquietara... Así siguió la cosa hasta el último día, escribiéndose ambos regularmente, sin que en ningún momento se notara la sombra que lo iba cercando.
            Ya te dije en mi carta anterior que la gravedad se presentó la misma noche-buena, a las 7 y media o las 8, y que tres horas después había muerto. Fue como un rayo.
            Su médico de cabecera fue Don Antonio Mira, que empezó a curarlo por una infección al estómago. ¿Estaba el mal ahí, realmente? por muchas cosas, por muchos síntomas que vieron después Plaza y Ruiz, casi se afirma que no. Se afirma más la creencia de que fue una pulmonía secreta, galopante, porque cuando le movieron para echarle a la caja se le salían unos hilos de sangre por la boca. A Don Antonio Mira lo culpa la gente de su muerte, aunque Marilola, mi hermana, confiesa ahora que Pepito le dijo estas palabras antes de morir: "Que no culpen a Don Antonio Mira de mi muerte, pues yo sabía que me moría desde el primer día que me metí en cama. Porque la última noche que me vine de casa de Josefina con el dolor, cuando iba por la puerta de la catedral se me apareció el Señor y me dijo: vuelve sobre tus últimos pasos y despídete de Josefina, pues no la verás más."
            Categóricamente, en resumen, nadie ha podido decir de qué ha muerto.
            Lo cierto es que lo hemos perdido nosotros para siempre.
            En lo concerniente a homenajes, por ahora los propósitos son halagüeños. José Mª Quílez Ballesteros, Martínez Arenas, Juanito Bellot, Augusto Pescador, Alfredo Serna y otros significados de aquí se han encargado de todo. Se va a abrir una suscripción en el periódico local "Acción" para costear su monumento. Y a la calle de Arriba se le dará al nombre de Ramón Sijé, en lugar del de Abad Penalva que tiene ahora. También se ha acordado de que, en caso de que no se le premie el libro en el concurso nacional, hacer aquí una edición del mismo a todo lujo, poniendo un precio elevado por ejemplar.
            Y algún acto no previsto todavía. Ya le han mandado noticia de su muerte a todos los escritores de España amigos suyos. En caso de que te soliciten para alguna cosa estos de la comisión de homenaje, ya te avisaré. No creo que se enfríen los ánimos; ya veremos.
            Josefina me encarga te diga que ella misma te escribirá.
            Le di la cuartilla que le mandabas en mi carta y lloró mucho.
            Mi hijo está muy bien. Es muy guapo. Mi mujer está en línea perfecta.
            Recibe un fuerte abrazo nuestro,
                                                                                     Carlos
                                                         Orihuela, 31 de diciembre
                                                                                              1935

Artículo de Daniel Potes Vargas donde se cita Carlos Fenoll y a los amigos de Gabriel Sijé

Editado en la Verdad  del 4-03. 1979.
Aparece en el Legado de Miguel Hernández de Jaén.

jueves, 23 de febrero de 2017

Carta inédita de Carlos Fenoll a Miguel Hernández con el membrete de la revista Silbo



LIBERTAD-PANADERÍA
ORIHUELA
 
(HOJA DE POESÍA)
 
"s i l b o"                


 


               Querido Miguel: Pura coincidencia: cuando estaba cerrando una carta para ti --lunes en la mañana-- me llega Ramón [Pérez Álvarez] con la tuya. Todo lo que en ella me dices es todo lo que yo quería saber y te inquiría en la mía. De todas formas te la envío una vez que te he escrito.
            Ahora que me dices con seguridad que vienes pronto, mi alegría crece y se empina en feliz equilibrio. Me reservo lo más interesante que me quede por contarte para cuando hablemos en "presona".
            Lo que no me reservo de ninguna manera es el decirte que la obra para obtar (sic) al premio Lope de Vega que tienes ya francamente emprendida, sería un crimen que la dejaras de la mano por escrúpulos que a mí me parecen injustificados. Ramón me cuenta que le dices en una carta que tu decisión la motiva en ese caso el hecho de que Alberti se presente también con un Sinaí de influencias. Tú estás mejor dotado para el teatro que él; y, respecto a las influencias, tú también puedes cosechar algunas. A demás... Bueno, nada. No desmayes, eso es. Que son 10 mil pesetas y la consagración definitiva. ¡Adelante con eso, adelante, adelante, adelante, me cago en el tote!
            Los poemas que me envías irán en el próximo número y colocados en lugar de alguna preferencia, por lo que sea. Tú estarás aquí para cuando se vaya a confeccionar, ¡qué jinojo!
                                                           Un agrazo y si quieres
                                                           otra vez los cinco lobitos.
                                                                       Carlos

(A pesar de que firma y se despide, sigue la carta):

            Del librillo de poemas nuestro, te digo: si logras reunir 10 o 12 pesetas ya significa una cortina libre, puesto que el teatro dio la materia prima del periódico este mes y ya casi no urgen. Claro que para el próximo número hacen un buen papel como levadura. El resto de los libros, si quieres, se los vas regalando a quien te parezca.
         El gusto de la edición lo hemos sacado, así que todo son ganancias. ¡Vaya negocio si se vendiera mucho!
           Bueno, ahora voy a escribir un soneto que me está bailando toda la mañana en el ojo izquierdo: "La legaña del mundo, la legaña..."
           Sobre eso del color del papel de "Silbo" tienes muchos kilos de razón. Bueno, ya hablaremos, porque sobre este particular del color del papel hay un terrible "pero".
         La primera carta como la segunda me parece que te llegan a destiempo. Están escritas un sin fin de siglos, pero están escritas y eso ya es lo bastante para no quedarme con ellas.
           Te oiremos, claro, en un silencio religioso, el próximo lunes.
            Hasta nuestro cercano abrazo.
          No te olvides de decirme con antelación tu fecha de llegada. Más abrazos , te añoramoste añoramos y te repito lo de mi ................  (bendición?) (..........) y lo que dice Carlos sobre ............ (Lofeu?).



...........................La revista Silbo...................... 

"Las inquietudes literarias que se vivían en la tahona, convertida en un particular ateneo”. He aquí la frase célebre de Miguel: “en este horno se hacen versos como panes y panes como lunas”. Por su parte Jesús Poveda, en Vida, pasión y muerte de Miguel Hernández (1975), cuenta así el nacimiento de la publicación: “Cuando ya la muerte anticipada se nos había llevado a Sijé, y Miguel Hernández estaba ya colocado en Madrid, Carlos Fenoll y yo quisimos consolarnos haciendo algo que fuera positivo para nosotros, que nos devolviera el ánimo para conseguir soportando aquel vacío. Y entonces echamos a volar una hoja de poesía en colores verde-azul-amarillo-rosa que llevaría siempre trabajos inéditos de los mejores poetas de España, de lo cual se encargaría desde Madrid nuestro hermano Miguel... Echamos a volar esta hoja de poesía y la llamamos Silbo, nombre que nos sugirió el poema de Miguel, “Silbo de afirmación en la aldea”. Por la dirección le pusimos la de Libertad-panadería. Salió el primer número de Silbo y fue recibido con júbilo en Madrid.”
  Miguel Hernández puso en contacto a sus redactores de Orihuela con Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Enrique Azcoaga, Luis Enrique Délano. Las viñetas de la revista serían las que enviaba la pintora Maruja Mallo. Difusión-Número de lectores: según Efrén Fenoll, se repartían por Orihuela unos 150 ejemplares, la tirada era de 300 ejemplares y costaba sesenta pesetas.

 La revista Silbo de Orihuela se edita en mayo y junio de 1936. Al entrar la guerra el tercer número no se editó.

lunes, 20 de febrero de 2017

Carta inédita de Carlos Fenoll a Miguel Hernández, posiblemente de 1936 (6 páginas)

La carta tiene 6 páginas. Solamente se publica la primera página y el contenido de la misma. Es una carta importante de Carlos Fenoll a Miguel Hernández.

 Transcricción de  carta:



      Miguel: También a mí me producen mucha alegría tus cartas. Las leo yo no sé las veces. Muchísimas. Y, si como ésta última, es escrita a tinta, aún dice más a mi corazón. Ya sabes que tu letra tiende a ser hermana de la mía y muchas veces --no habíamos visto por este Entonces ni un solo verso nuestro escrito a máquina-- se ha encontrado embarcada en improvisadas cuartillas en la imprenta donde se imprimía cualquier periódico local. Versos sentimentales, tallos adolescentes de nuestro jardín interior, que los hacía buenos la gran cantidad de ilusión y corazón que poníamos en ellos. Aquellos tuyos iniciales de "Al verla muerta", y aquellos míos de cuando pretendía ser un bohemio a lo Carrère, "Vieja mesa de café"... Casi no puedo substraerme de cantar aquí aquel magnífico Entonces. El alma va conducida por el recuerdo hasta los días dichosos, más dichosos que éstos, de nuestro despertar a la poesía. De todas formas hago un esfuerzo de voluntad para ahogar la nostalgia espumosa que me sube a la garganta... Tapio con un cristal de lágrima esa tumba de nuestro ayer y suspiro. A otra cosa, ¡ay, Miguel! Que tu trenza de aquella Navidad ya no existe. No dudes que para mí representaba un símbolo: el del trenzamiento de nuestra amistad. Pero... las moscas la tomaron, primero, por trapecio; luego por escala romántica para subir hasta el amor humano, más tarde... por retrete. Y de ahí que la pusieran hecha una lástima y de que ahí que mi mamá, aludiendo a razonamientos de estética pura, la eliminara. ¡Pero no se ha perdido todo! Es así, desgarbada, alucinante... Algo así como el bubo o el tío del saco de las trenzas. ¡La veo! La pobre sólo tenía el valor moral de haber nacido de las manos de un gran poeta. Descanse en paz, vuelta al polvo de la blanca harina.
            Tu poema ha chupado hasta la última gota de mi entusiasmo. Tú me advertías: "que te parezca bien", y yo, por no obedecerte, porque no me someto a ninguna tiranía, te digo que me parece Colosal. ¿Qué? ¡ah, bueno! Sí, Miguel: me ha gustado, sencillamente, que es totalmente. A Sigé le pasó con el poema algo parecido a mí: también le chupó muchas gotas de entusiasmo. La sangría que más bebió fue ésta: "prolongar a mis padres hasta la eternidad". ¡Muy bien, Miguel! Ambiciono otro poema tuyo. Ya voy apreciándolos en su justo valor.
            Te doy las gracias más sinceras por el interés que demuestras en publicar un poema mío en "Caballo Verde". No puede ser. No lo tengo ni lo hago adrede. "Ha de venir a buscarme". "Yo no sé cómo decírtelo", según reza un fandanguillo. ¡Ay, ojalá lo tuviera, para montar en ese "Caballo Verde"! Te enviaré un poema no sé cuándo ni a dónde; a lo mejor a América. Hoy tengo muchas preocupaciones. Mucho trabajo. ¿No comprendes?
            Pues Bascuñana, nuestro "Casto divo", está moliendo. Me dice que tu sangre será un camino, pero que la suya es un molino de impaciencia. En cuanto termine la temporada con "La Industrial", teatro rojo de sus penas, se clava en Madrid y dice: ¡¡¡Atrás!!! Ya sabes quién es él cuando dice eso en "Katiuska". Sí: está ahorrando algo de plata para irse ahí. Por lo pronto aquí te lo mando en mi compañía. Bueno, compañía... porque Cotanda nos ha quitado "reciprocidad", amistad; ¿no parece que estamos despreciándonos mutuamente así espalda con espalda? ¿Porque se le ocurrió "eso" a Cotanda? El Fefo fue el que "sacó la cara" por los retratos, pero en vista de que no se explica el porqué nos peleó Cotanda, dice que ahora lo que va a hacer es esconder la cara todo lo posible para no pagarlos. Yo he dicho que eso que él ha dicho está muy bien dicho, y, dicho esto, he invocado la pluma épica.
            Mi hermana Josefina me encarga te dé sus recuerdos y sus gracias por tus galanterías. Es la perfecta coqueta. Se pone la mar de contenta, el cosquilleo del halago, cuando le dedicas unas palabras con el baño de María.
            Mi mujer sigue tus consejos al pie de la letra. Las esquinas, las escaleras, son desde entonces su obsesión. Y se ríe de buena gana cuando recuerda aquello de tu última carta de que la vida te importa un pijo.
            Yo... Buenos. Yo voy ahora al Horno a traerme un panecico de a media libra, caliente, y a echarle mantequilla... ¡qué rico! Luego un trago de vino. Luego un cigarro. Más luego me pondré a leer algo que tengo aquí de Ortega y Gasset. Así que hasta la vuelta.
            Un abrazo.
              "  ídem
              "  ídem
              "  ídem.
                                                                       Carlos Fenoll

Ya que no "Caballo Verde" lo que sea. En tal que sea algo bueno. Si es tuyo mejor

                                                                       ... y bien.

                                                           Fin.

            Empecé a escribirla Sábado, la terminé Domingo. La echo al buzón Lunes en la noche. La recogerán mañana, Martes.
            ¡Cómo se me mueren las rosas en las manos! O las cosas.

jueves, 16 de febrero de 2017

Antonio García-Martínez, abogado y gran amigo de Carlos Fenoll, quien el dedicó "No reposes,amor"

(Antonio García Molina, dibujado por Eduardo Vicente en 1942.)

"No resposes amor" se los dedicó  Carlos Fenoll a Antonio García Molina. VER


Carta inédita de Carlos Fenoll a Antonio García-Molina, datada en Barcelona 3-junio 1968


Antonio García-Molina Martínez abogado oriolano, amigo de los intelectuales de su época.

Falleció a los 87 años el 6 de noviembre de 2007 

  (Antonio García-Molina Martínez, a la izquierda de Gaspar Peral Baeza, en el acto de entrega  de la Medalla del Mérito Hernandiano el 7 de noviembre de 2006 en Orihuela, en que, Antonio representaba a Vicente Ramos, porque éste no pudo asistir por enfermedad).

Transcrcición de carta:


Barcelona, 3 de Junio - 1968

            Querido amigo Antonio: Recibí tu tarjeta y, tres o cuatro días antes, el libro de la Caja de Ahorros, que es una verdadera maravilla, lo mejor que se ha publicado hasta el momento presente en y sobre Orihuela. Y no sólo lo mejor, sino lo muy difícilmente superable en riqueza material y artística. Sobre todo, me ha sorprendido y emocionado las magníficas acuarelas del fallecido Eduardo Vicente --al que conocimos personal-mente--, en las que algunos de nuestros más entrañables rincones urbanos tienen la magia del toque delicado, poético, que este estupendo pintor tenía la virtud de dar a sus paisajes. En suma, como te digo, un libro de una belleza extraordinaria, que me ilusiona poseer, y por el que le estoy muy agradecido a la Caja de Ahorros, a la que hoy escribo también, acusando recibo del mismo y expresándole mi más sincera gratitud.
         Antonio: Para tantos años de ausencia, fueron muy pocos días de permanencia en Orihuela para poder abarcar la enorme cantidad de compromisos familiares --por la parte de mi mujer y de la mía-- y disponer de tiempo para ver con sosiego a los amigos y, finalmente, poderme despedir de ellos. Imposible. Ni siquiera pude ver los sitios de Orihuela que yo especialmente recordaba y deseaba volver a ver, pues incluso se opuso a ello la lluvia y hasta un conato de gripe que me atacó. Por todo en desdichado conjunto, regresé insatisfecho, con cierto pesar en el ánimo, muy defraudado. Y ahora tengo más ganas que antes de volver. No me conformo con este primer resultado; lo considero una estafa. Así que, Dios mediante, el próximo año --probablemente en mayo-- volveré para encontrar espacio, muy despacio, el alma de mi Orihuela. Y el alma de mis amigos.
        De momento, saluda de mi parte muy afectuosamente a todos los tuyos y tú recibe un fuerte abrazo de tu amigo,

                                                                                                          Carlos
      Recuerdos muy cariñosos de Concha, que tiene puesto en el aparador del comedor, en primer plano, a tu simpático y bonito nazareno.