Es necesario en este centenario (1912-2012) recopilar la obra dispersa del inmortal poeta oriolano, como así cuantos artículos, reseñas, oponiones y comentarios se han publicado sobre él. Esta es ocasión única para recoger inéditos. Y reclamar la publicación de sus Obras Completas. Somos fenollianos. Portal dirigido por Ramón Fernández Palmeral.
miércoles, 29 de febrero de 2012
Carlos Sahagún le envió a Fenoll su poemario "Hombre naciente"
(Carlos Sahagún)
El poeta Carlos Sahagún (1), le envía su poemario Hombre naciente, editado en Silbo 1955, dijo de él que eran un “gran poeta posible”, de hecho, Sahagún ganó el año siguinete en Adonai con "Profecías del agua", y 1980 el Premio Nacional de Poesía, además de otros importantes premios. "No sabes lo que me ha alegrado que, por tu mediciación [Manuel Molina] ese gran muchacho Carlos Sahagún, me haya enviado su librito..."
1).-Carlos Sahagún Beltrán (Onil, Alicante, 4 de junio de 1938) es un poeta español, premio Nacional de Poesía en 1980. También consiguió el premio Adonais en 1957 y el premio Boscán en 1960. Vivió en Alicante hasta 1956, año en que se trasladó a Madrid para completar sus estudios de Filosofía y Letras, licenciándose en Filología Románica en 1959. Fue Lector de Español en la Universidad de Exeter (Inglaterra) y desde 1965 ejerció la docencia como Catedrático de Lengua y Literatura Españolas en Segovia, Barcelona, Las Palmas, Madrid y Palermo. En 1963 fue incluido en la antología Poesía última de Francisco Ribes, donde también aparecen poemas de Claudio Rodríguez, Ángel González, José Ángel Valente y Eladio Cabañero, autores que conforman el grupo poético madrileño que se dio a conocer en la década de 1950-1960, al que los críticos bautizaron con el nombre de generación de los 50. La poesía de Carlos Sahagún ofrece una perfecta construcción formal. En casi todos sus libros son patentes el tono elegíaco, la pesadumbre ante el paso del tiempo, tanto en los poemas que hacen referencia a la infancia como en los que abordan el tema amoroso o el político, o en aquellos que responden a una temática más difusa, en la que predominan elementos vagamente irracionales y a veces oníricos. El tema de la infancia, vinculada a las circunstancias históricas de la posguerra española, es esencial en su obra y adquiere en ella una dimensión simbólica, convirtiéndose en metáfora de la condición humana y emblema de la orfandad existencial del hombre.
Nació el 4 de junio de 1938 en Onil, Alicante, donde vivió hasta 1956, año en que se trasladó a Madrid para completar sus estudios de Filosofía y Letras, licenciándose en Filología Románica en 1959. Vivió en Segovia y finalmente se estableció en Barcelona.
* Hombre naciente, Alicante, Silbo, 1955.
* Profecías del agua, Madrid, Rialp, 1958. (Premio Adonais 1957)
* Como si hubiera muerto un niño, Barcelona, Instituto de Estudios Hispánicos, 1961. (Premio Boscán 1960)
* Estar contigo, León, Colección Provincia, 1973. (Premio Juan Ramón Jiménez 1974)
* En la noche, Málaga, El Guadalhorce, 1976.
* Primer y último oficio, León, Colección Provincia, 1979. (Premio Provincia de León 1978 y Nacional de Literatura 1980)
* Como si hubiera muerto un niño, Madrid, Bartleby Editores, 2008. Serie Lecturas21. Epílogo de Antonio Lucas.
Poema desesperado de Carlos en 1968
Poema de Carlos en una carta a Manuel Molina de junio del 68.
Donde el poeta reconoce que se ha quedado "estancado en la cuneta literaria", se sabe averiado y que está atascado, y sin embargo le ilusiona intentarlo de nuevo, la correspondencia mantenida con Molina durante unos 25 años, es siempre un propósito de enmienda, un querer pero no poder. Aquí unas reflexiones sobre lo que retumba en sus oídos, en su subconsciente. Contiene un gran fuera expresiva, y que cuando Carlos es él mismo su poesía es sublime, leamos.
[Poema desesperado]
Escribe, Carlos, sobre tu propio desaliento.
Escribe, escribe, escribe... Te acecha la locura.
Escribe hasta en las piedras, en el agua y el viento
y olvida lo que no amas del mundo en la escritura.
Peligro del silencio, de ese negro gusano
que tiñe todo intento de obrar con su negrura;
del silencio sin nombre, del silencio inhumano
que nos hace sentirnos desierto y sepultura.
A estas dos cuartetos le falta los dos tercetos para rematar la faena, nunca mejor dicho en la terminología taurina de un Fenoll aficionado a los toros.
Donde el poeta reconoce que se ha quedado "estancado en la cuneta literaria", se sabe averiado y que está atascado, y sin embargo le ilusiona intentarlo de nuevo, la correspondencia mantenida con Molina durante unos 25 años, es siempre un propósito de enmienda, un querer pero no poder. Aquí unas reflexiones sobre lo que retumba en sus oídos, en su subconsciente. Contiene un gran fuera expresiva, y que cuando Carlos es él mismo su poesía es sublime, leamos.
[Poema desesperado]
Escribe, Carlos, sobre tu propio desaliento.
Escribe, escribe, escribe... Te acecha la locura.
Escribe hasta en las piedras, en el agua y el viento
y olvida lo que no amas del mundo en la escritura.
Peligro del silencio, de ese negro gusano
que tiñe todo intento de obrar con su negrura;
del silencio sin nombre, del silencio inhumano
que nos hace sentirnos desierto y sepultura.
A estas dos cuartetos le falta los dos tercetos para rematar la faena, nunca mejor dicho en la terminología taurina de un Fenoll aficionado a los toros.
martes, 28 de febrero de 2012
La descendecia de Carlos en una carta de 1967
La descendecia de Carlos en un carta de 1967 a su amigo Manuel Molina.
...Este año no salgo de prácticas al campamento [Itendencia de Barcelona]. Me gustaría ir, pero mi salud no es cabalmente buena desde hace unos meses y me falta humor para bregar con tantos potros salvajes, relinchando, coceando juventud por todos sus poros [los reclutas].
Ya tengo tres nietos, dos niñas y un niño —éste se llama como yo—. Los tres son hijos de mi primogénito, pues el segundo, Carlín, que ya tiene veinticinco años, sigue soltero. El tercero, Vicente Luis, está a punto de incorporarse al servicio militar, y el cuarto y último-génito, Julián, natural de Barcelona, ha cumplido los dieciséis. La lucha ha sido dura, pero ahí están ya los hijos hechos hombres, gracias a Dios y a todos los Santos, y ahí los nietos, pequeños ramos de inocencia, que traen la renovada gracia virginal de la vida humana, con la que compensan a nuestro corazón.
En el aspecto literario, en verdad, en verdad te digo que he perdido completamente el gusto de escribir, de tanto exigirme, de tanto no gustarme cuanto he hecho o intentado. Sin embargo, todas mis horas de ocio las dedico a leer. Es decir, que la literatura, en todas sus ramas, es lo único que sigo considerando importante, lo único que sigue despertando en mí un vivo interés.»
(Barcelona, 2 de mayo de 1967)
Hoy en día desconocemos la descendencia de Carlos en Barcelona. No sabes cuanto nieto tuvo ni cuantos biznietos. ¿Alguno de ellos ha salido poeta? Incognita.
Escribió un romance a su nieta Magda
PRIMEROS VERSOS PARA MAGDA
Corona de los viejos son los hijos de los hijos.
( Proverbios 17-6)
¡Niña, como yo quería!
al fin el buen Dios me ha hecho
el don de hacerte venir
de los huesos de mis huesos.
Que mi edificio de amor
estaba triste, incompleto,
sin una golondrinita
que hiciera el nido en su alero.
Niña y trigueña, y bonita,
de brujos ojitos negros
y manecitas de seda
que imantan la luz del beso:
si está dormida son como
dos florecitas sin viento,
despierta, son mariposas
de un vivo y dulce aleteo.
¡Niña, mi nieta, qué bella
realidad de mi deseo!
Corona viva eres tú,
guapa, de mis años viejos,
luz nueva en mi corazón,
nueva pasión de mis versos.
...Este año no salgo de prácticas al campamento [Itendencia de Barcelona]. Me gustaría ir, pero mi salud no es cabalmente buena desde hace unos meses y me falta humor para bregar con tantos potros salvajes, relinchando, coceando juventud por todos sus poros [los reclutas].
Ya tengo tres nietos, dos niñas y un niño —éste se llama como yo—. Los tres son hijos de mi primogénito, pues el segundo, Carlín, que ya tiene veinticinco años, sigue soltero. El tercero, Vicente Luis, está a punto de incorporarse al servicio militar, y el cuarto y último-génito, Julián, natural de Barcelona, ha cumplido los dieciséis. La lucha ha sido dura, pero ahí están ya los hijos hechos hombres, gracias a Dios y a todos los Santos, y ahí los nietos, pequeños ramos de inocencia, que traen la renovada gracia virginal de la vida humana, con la que compensan a nuestro corazón.
En el aspecto literario, en verdad, en verdad te digo que he perdido completamente el gusto de escribir, de tanto exigirme, de tanto no gustarme cuanto he hecho o intentado. Sin embargo, todas mis horas de ocio las dedico a leer. Es decir, que la literatura, en todas sus ramas, es lo único que sigo considerando importante, lo único que sigue despertando en mí un vivo interés.»
(Barcelona, 2 de mayo de 1967)
Hoy en día desconocemos la descendencia de Carlos en Barcelona. No sabes cuanto nieto tuvo ni cuantos biznietos. ¿Alguno de ellos ha salido poeta? Incognita.
Escribió un romance a su nieta Magda
PRIMEROS VERSOS PARA MAGDA
Corona de los viejos son los hijos de los hijos.
( Proverbios 17-6)
¡Niña, como yo quería!
al fin el buen Dios me ha hecho
el don de hacerte venir
de los huesos de mis huesos.
Que mi edificio de amor
estaba triste, incompleto,
sin una golondrinita
que hiciera el nido en su alero.
Niña y trigueña, y bonita,
de brujos ojitos negros
y manecitas de seda
que imantan la luz del beso:
si está dormida son como
dos florecitas sin viento,
despierta, son mariposas
de un vivo y dulce aleteo.
¡Niña, mi nieta, qué bella
realidad de mi deseo!
Corona viva eres tú,
guapa, de mis años viejos,
luz nueva en mi corazón,
nueva pasión de mis versos.
Vídeo montaje sobre Carlos Fenoll
Vídeo montaje del poeta oriolano Carlos Fenoll, realizado por Videospalmeral, Alicante
lunes, 27 de febrero de 2012
Para ti Josefina
Para ti Josefina
Tan natural y misteriosamente
como el mar sabe a llanto y aventura,
la dulce inmensidad de tu hermosura
tiene el perfume del amor valiente.
Flecha impulsada al Nuevo Continente,
en él tu amor de acero y de ternura
dio en su cálido centro, y su más pura
y hermosa vibración cuajó en simiente.
Ya son tuyas las penas y las flores
de esa raza tan brava y exquisita
que habla con miel y lucha frente a frente.
Le has pagado y le pagas sus amores
con tu sol maternal y la infinita
gratitud de tu amor, fiel y valiente
Carlos Fenoll, dedicado a su hermana Josefina, (8 de abril 1953).
publicado en 1975, el libro de Poveda, pp.200-201)
Josefina Fenoll Felices (1914- ) tuvo tres hijos: Marisa, Fernando y...
Carlos se cinsera con J.M.Moreiro en 1972
Carlos Fenoll, en una entrevista sobre Miguel Hernández.
1. - "La literatura es para mí un trauma. Me falta energía interior para mantener el tema. Todo se agota. Cada vez me cuesta más hablar de este tema. Hará ocho años que no escribo una sola línea. Yo intenté ser poeta. A veces rememoro cosas de Miguel y me digo que un día debería contarlas, porque de otra forma es difícil que salga eso que yo llamo lo inefable de Miguel. Pero, ¿qué importa el entorno de un poeta? Yo prefiero la obra al autor. Este se va y su obra queda".
2. - "La poesía no es más que vida, naturaleza sentida. Es la única trascendencia de la materia. Por eso es más importante la obra que el propio autor. Es la única trascendencia capaz de subsistirle. No estoy de acuerdo con quienes se interesan más por qué Lope de Vega se casó tantas o cuantas veces que por sus obras mismas. La poesía nace con ciertos seres; o se desarrolla. Todo lo que ve el niño es poesía. El poeta no es más que un niño que nunca dejó de serlo, porque jamás perdió el don de la sensibilidad. Eso también es poesía".
3.- "No he renegado nunca de la literatura. Cuando leía a los quince o dieciséis años a Villaespesa, Ardavín, Bécquer, Machado o Juan Ramón, me daba cuenta que dieron, en su tiempo, lo que tenían. Ahora, los versos de Miguel, cuando los leo, me dicen mucho: lo de siempre. Aquello que sólo es capaz de trasladar un ser verdadero y auténtico. La poesía de Miguel es el reflejo de uno de los seres más auténticos que han existido. Miguel era un hombre que había tenido poco amor y lo daba, sin embargo, a manos llenas. Aquellas personas de entonces no mimaban a los hijos. Y él creyó tan importante el amor en la vida que lo fue regando. Prueba de ello es la Elegía a Ramón Sijé. Intimó con él en Orihuela, como después lo haría en Madrid con Aleixandre, Cossío y, quizá, con Neruda más que con los dos anteriores. Ya se sabe que trabajó con Cossío. Hizo fichas biográficas. En una ocasión me dijo que estaba escribiendo una de medio folio sobre Lagartijo para la obra "Los toros".
4.- "La base de toda la desgracia de Miguel estuvo en la ingenuidad. El creía que no le pasaría nada. Pudo haberse marchado, como Alberti, Neruda, Machado o Bergantín. Tenía influencias suficientes, pero se confió demasiado. Miguel era un hombre sin malicia. Si se embarcó en la política fue porque creyó que de esta manera podía hacer algo más por los humildes. Nunca olvidó sus orígenes. Yo puedo afirmar que nunca odió a nadie. Pudo tener enemigos ideológicos, pero nunca personales. Hay que insistir en este punto. Sólo así se puede comprender a Miguel y explicarse su actuación".
(Estas cuatro declaraciones, que yo enumero aquí, las he tomado de la entrevista que le hizo José María Moreiro a Fenoll, en la casa de éste, en Barcelona, pocos meses antes de su muerte. Ignoro el nombre de la revista [ABC 1978] que la publicó porque mi cuñada Ascensión Avila, viuda de Fenoll, me dijo que la revista en cuestión había sido retirada de la circulación por las autoridades en Barcelona, y yo arranqué de ella las hojas, donde no viene mí nombre o dirección. El pretexto que dieron las autoridades españolas para recoger de la circulación aquel número, es que llevaba fotografías "séxis" o desnudos femeninos, que yo no vi por ninguna parte.)
(Jesús Poveda, “Vida pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández” Ediciones Oasis.S.A., México, 1975 pp-203-205
domingo, 26 de febrero de 2012
Juan Ramón Jiménez publicó "El Pasado" en "Silbo"
"...¿y no es nadie al ilusion?
J.R.J.
TODO el panado, libre
y grande. se desnuda
en esre ocaso grana,
como la mujer única
(¡Oh desnudez sin nombre,
apoteosis suma!)
Su corona, infitina
rosa de llana rubia,
más rica es que el fuluro,
mas que la aurora, lúcida.
(¡Nada será más bello
que tú, pasado, nunca!)
Se que lo he de encontrar
mas alia siempre, punta
de mar, cima de otra
tierra, en a gloría una.
(Inédito, 1936)
..........................
Esta publicación se debe a la sintonía ente Miguel Hernández y el poeta de Moger, que le pedirá la colaboración en forma de un poema para la naciente revista "Silbo", que saldría en mayo de 1936. El poema es "El pasado", y sería editado con dibujos de la pintora Maruja Mallo,
La guerra civil se interpondría para siempre entre los dos poetas, aunque por fortuna, Juan Ramón Jiménez no olvidaría nunca desde su exilio el valor del "estraordinario muchacho de Orihuela", un reconocimiento que se plasmaría en conferencias y en textos que todavía siguen haciéndose públicos.
Carlos Fenoll, inseguro de sus posibilidades poéticas, no supo aprovechar esta amistad. Miguel, por el contrario, se guardaba el orgullo y sí sabia haber amigos.
Debió ser una gran sorpresa recibiír un poema de uno de sus admirados poetas.
PAISAJE DE BELEN.- Vecino Carlos
(Ermita Virgen María de Monserrate en la calle de Arriba, Orihuela)
PAISAJE DE BELEN.- Vecino Carlos, vecino de la Virgen como yo; tu casa y mía ya está llena de líes y de ruedas. -Bajo la ropa, virgen, tendida de ventana a ventana, entre ellas las enaguas de mi novia, los pavos se comunican su canto y su arrogancia viuda a un silbo de mi lengua. Sus barbas, mocos, tíos y tracas de sangre, relucen, se menean, ascienden y descienden al sol y a las miradas de sus tutoras, hasta Noche Buena. -Vecino Carlos, ya empieza a oler tu horno a tortas, aunque no huela aún. A todo el mundo da un olor, espléndido pero no sustancia, avaricioso. Y los pobres pasan ante tu hermana y su olor y el olor a manteca y miel cocida con ojos de deseo. ¿Por quién? -Vecino Carlos, tu pala, tu remo de navegante en pan, tu pavo, tu calle, tu Virgen, te llaman. Y tú no estás aquí.
Miguel Hernández, publicado en "La Verdad" 7-12-1933
sábado, 25 de febrero de 2012
LA GENERACION OLECENSE DE 1930:
LA GENERACION OLECENSE DE 1930:
CARLOS FENOLL Y MIGUEL HERNANDEZ
En el año 1930 llegaron a editarse en Orihuela seis publicaciones periódicas, que yo sepa: "La lectura popular", "El pueblo de Orihuela", "Actualidad", "Voluntad", "Renacer" y "Destellos", todas ellas con un espacio para la colaboración poética. Como ya he dicho con igual motivo al principio, resulta obvio el cúmulo de oportunidades para una juventud con inquietudes literarias.
Carlos Fenoll era un joven panadero de 17 años cuando en 1929 comenzó a publicar sus versos en "El Pueblo de Orihuela". El horno-tahona que su familia tenía en la calle de Arriba se convirtió en cobijo de la tertulia sana y alegre, tocada por la gracia de la fecundidad, cuyos integrantes habrían de formar la generación oriolana de 1930. "La vida juvenil de Carlos Fenoll — dice Manuel Molina- estuvo consagrada al .verso... Fue en torno suyo, de su frente dorada por la creación y por el trabajo, donde se hizo escuela, proyectos y entusiasmos para futuras empresas. Carlos Fenoll era un poeta vital, un impresionista del candor inmediato" (24).
Esta primera etapa debió seramable y gozosa para el espíritu del poeta-panadero, a juzgar por la frescura y alegría que rezuman sus composiciones. Pero la guerra civil, la muerte de Miguel y de los hermanos "Sijé", acabaron con el exultante bullicio de su alma levantina para sumirlo en un estado de laxitud e íntimo dolor del que no se ha recobrado poéticamente. A raíz de estos trágicos sucesos dejó de escribir y poco después se trasladó a Barcelona, donde actualmente vive dedicado a su profesión.
Sus primeras composiciones —las que publica por los años 29 y 30 en "El Pueblo de Orihuela" y en "Actualidad"— tienen el mismo punto de arranque que las del primer Hernández: temas de inspiración popular y huertana; la ciudad y la vega y su entra¬ñable gente constituyen el manantial de su materia poética. La merienda de la pascua de monas en San Miguel, la feria de agosto, el madrigal ardiente de sencillo carácter popular y otros muchos temas del ambiente circundante están nimbados por una irradiante jocundidad, por una clara y sencilla alegría de vivir. También en esta primera época hay temas serios e incluso tristes. Forman, junto a los de carácter regionalista, la huella inevitable de la poesía inmediatamente anterior. Los numerosos ensayos que Fenoll intenta en el metro y en el esquema de la estrofa, junto a otros tipos tradicionales, son de indudable marca modernista y responden a una preocupación que se palpa en el ambiente por buscar nuevos rumbos y encontrar la auténtica expresión de una lírica esencial. José María Pina Brotons estudia en un artículo de entonces la distinción que existe entre poetas y rimadores (25).
En esta primera etapa el estilo de Carlos Fenoll se caracteriza por la claridad; su verso corre fluido llevado de la mano por la jovialidad misma del tema. Los poemas de la segunda época, los pocos que compuso a raíz de la tragedia, reflejan, con sus tonos sombríos, el cambio experimentado en el alma del poeta. La voz se hace más profunda y transcendental y se tiñe de una tristeza sin consuelo.
"Y ríos de oscuridad pasando furiosamente..."
Sobre su espíritu gravitan "las sombras de los seres que ha perdido".
De la mano de Carlos Fenoll, Miguel Hernández entra en las páginas de "El Pueblo de Orihuela" (26) y luego en las de "Actualidad" Sus primeros poemas tienen el mismo signo que los de su amigo el panadero. Frecuentemente surgen ya los atisbos de su próxima y genial maestría. Pocos meses después, Juan Sansano, con fina percepción crítica, lo presenta en "El Día", su periódico de Alicante. A este respecto es interesante hacer constar que es Abelardo Teruel uno de los primeros que en Orihuela se ocupan del pastor-poeta en letras de molde (27). En un artículo publicado en "Actualidad" a finales de octubre de 1930 (28), dice entre otras cosas: "Sansano ha presentado desde su periódico, estos días pasados, al pastor-poeta de Orihuela, Miguel Hernández, firma humildosa, que va apareciendo al pie de composiciones muy estimables". Y añade luego: "El verdadero descubrimiento de esa potencialidad productora lo ha hecho la juventud estudiosa de Orihuela, que ha abierto las columnas de sus órganos a esa gran inteligencia del mozo versificador, porque ha estimado justicieramente las facultades que en él se dan"… [El texto continúa]
"L poesía en la Vega Baja", José Guilén Garcia, II Asamblea Comarcal de Escritores, Instuto de Estudios Alicantinos, 1972. pp57-77
"REFLORECER", poema de nostalgia de 1952
Fruto de mi propio error
recojo mi sufrimiento
y con él sólo alimento
mi oscura vida interior.
Para aplacar su rigor
de corrosiva amargura,
no cerca, sino en la hondura
del alma de mi niñez
reencuentro la limpidez
de un manantial de agua pura.
Cerca, ni fuente, ni olvido:
nostalgia y desolación
de un mundo del corazón
que pudo ser construido.
Cerca, el fantasma abatido
que se llamó voluntad.
Y ríos de oscuridad
pasando furiosamente...
Cerca —la mirada ausente,
fría— la Fatalidad.
En medio del caos presente,
Señor, de mi íntimo ser,
yo veo en tu padecer
por mí, y en el mío ardiente,
como una rica simiente
pugnando en su internamiento.
Tráele a mi alma el momento
del reflorecer, Señor,
y enciende su nueva flor,
pura, en tus manos de viento.
Carlos Fenoll, Semana Santa, Orihuela 1952
viernes, 24 de febrero de 2012
Maruja Mallo colaboró con los 2 números de "Silbo"
(Maruja Mallo en su estudio de Madrid en 1936)
Gracias a la amistad amorosa entre Miguel Hernández y la pintora gallega surrealista Maruja Mallo de la Escuela de Vallecas, colaboró con sus dibujos en los dos números de la revista u hoja de poesía "Silbo" de Orihuela que dirigía Carlos Fenoll, equipo compuesto por Jesús Poveda, Gabriel Sijé, Ramón Pérez Álvarezm y la colabiración de su corresponsal en Madrid, Miguel Hernández, y económica de Alfonso Serna.
El 3º número no salió porque se estuvo esperando a Miguel a que viniera de Madrid, llegó el 29 de julio del 36. Ya habñia emoezado la guerra civil. En este número Miguel quería que se publicara en la primera página un poema de Vicente Aleixandre, y traía también un soneto -recomendado por Aleixandre- de un poeta novel sevillano ¿Luis Cernuda o Antonio Aparicio?. Por el afán carácter de Miguel y las colaboraciones que traía, creía que la revista era suya, de aquí debio surgir algunas discrepancias.
1).- Maruja Mallo (Maruja Gómez González) (nació en Viveiro, Lugo (España) el 5 de enero de 1902- Madrid 1995) era la cuarta de catorce hermanos.
Maruja Mallo es una artista de la generación de 1927 y es una de esas artistas de la llamada vanguardia interior española que cabe situar en algunos periodos de su producción en la órbita del surrealismo más canónico y sobre las que se realiza un rescate intermitente pero incompleto en colectivas de los años 70 y en monográficas de forma más reciente.
Su formación comenzó en Avilés, por los azares profesionales de su padre que era funcionario del Cuerpo de Aduanas, en la Escuela de Artes y Oficios y en estudios particulares. En Asturias comenzó a exponer antes de trasladarse a Madrid para completar su formación al igual que su hermano el escultor Cristino Mallo en la Facultad de Bellas Artes de San Fernando asistiendo al tiempo a la Academia Libre de Julio Moisés.
Su primera individual auspiciada por José Ortega y Gasset tuvo lugar en 1928 en los Salones de Revista de Occidente. Por entonces realizaba una obra en la línea de la nueva objetividad o realismo mágico en célebre fórmula del importante texto de Franz Roh publicado en 1927, con la serie de Verbenas y las Estampas que de dividirían en populares, deportivas, de máquinas y maniquíes y cinemáticas.
De su intensa colaboración con Alberti hasta 1931 quedarían los decorados del drama "Santa Casilda" (1930),testimonios en los libros "Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos" y en "Sermones y moradas". Por esos años –según Cyril Brian Morris- Alberti parecía poner en palabras lo que expresaba con el pincel Maruja Mallo, a ella dedicó El ángel falso de Sobre los ángeles. Son l os años de la serie Cloacas y campanarios cercana a los planteamientos de la Escuela de Vallecas de Alberto Sánchez, Benjamín Palencia, Miguel Prieto, Souto, Rodríguez Luna y Eduardo Vicente de la que formó parte.
Pablo Neruda publicó en el nº 2 la revista oriolana "Silbo"
Oda Tórrida
Venid con vuestro cargamento de direccíones rojas,
veranos duros, permanentes, agrios de estas zonas de
la tierra,
cargad sobre mis seines sacos de sudor blanco,
cegadme de luz loca, de relámpagos viejos,
heridme el corazón con vuestros besos de brasa y vidrio,
entrad en mis materias intestinales, mordiendo
mi blando ser interior con alimentos devoradores,
pimienta, ají, jengibre, marisco, nueces ardientes,
alimentos que atenazan como cangrejos y aún
corred, zona infinita, vuestras influencias líquidas,
en mi garganta extrañamente exasperada,
vuestros espesos manantiales de azúcar,
vuestros infinitos espermas, oh, tierra creadora de la vida,
vuestros petróleos sutiles mezclados a la orina de las bestias salvajes,
el barro apocalíptico de los búfalos y el lodo fino de los arrozales,
el té y la lluvia del monzón y el rocío entre las orquídeas,
oh, tierra de los infiernos reunidos,
cielo mío,
junta desde luego tus sólidos en mi alma,
tu suelo exorbitante y tenaz,
tus piedras capaces de nutrir, y aun
la raíz de tus minerales, la piel y el cuero de tus bestias,
las uñas y el pico de tus vivientes pájaros,
la sed de tus intrumentos, el sonido
oscuro, turbador del trueno en tu ceilo,
tu lento vital silencio como alcohol o ácido,
y tus cifras secretas de muerte y permanencia
entierra en las pasajeras tierras de mi alma.
Pablo Neruda (1), Isla de Java, 1929
(Publicado en Revista del Pacífico. Santiago, No. 1, junio de 1935 y Silbo en 1036).
Torrid Ode
Send me containers of red directions,
summers all-scorching, the world's sourest fruit trees,
pack my feelings under bags of clear sweat,
blind me with radiant light, with ancient lightning,
corrode my heart with searing coal or ceramic kisses,
slash into my intestines, ripping away
at my soft inner being like food that hungers for me,
peppers, chilies, ginger, mollusks, burnt walnuts,
food that tears at me like crabs & still
flows on, soil without end, slurry after slurry,
into my oddly irritated throat,
your gooey sources of sugar,
endless streams of sperm, oh, progenitor of earthly life,
sublime concoctions of oil, the urine of bestial savages,
the buffalo's end-of-the-world mud & rice paddy slush,
tea & moonsoon rain & dew on the orchids,
earth of hellish reconciliations,
my sky,
blend my soul with your substances,
your exorbitant & stubborn soil,
your nourishing stones & still more --
your mineral roots, the skin & fur of your animals,
the claws & beaks of your tireless birds,
your demented instruments, the dark
noises, as disturbing as thunder in the sky,
your silence, languid & lively, like alcohol or acid,
and the secret numbers of death & longevity
buried in the ordinary earth of my soul.
Pablo Neruda, Java, 1931
Translated by Greg Simon
Esta publicación en la revista u hoja de poesía "Silbo" de Orihuela dirigida por Carlos Fenoll, se debió gracias a la mediación en Madrid de Miguel Hernández.
1)Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, Pablo Neruda (Parral, 12 de julio de 1904 - Santiago, 23 de septiembre de 1973), fue un poeta y militante comunista chileno, considerado entre los mejores y más influyentes artistas de su siglo, siendo llamado por el novelista Gabriel García Márquez «el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma».[1] También fue un destacado activista político, senador, miembro del Comité Central del Partido Comunista y precandidato a la presidencia de su país. Entre sus múltiples reconocimientos destacan el Premio Nobel de Literatura en 1971 y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford. En palabras del crítico literario Harold Bloom, «ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él»,[2] considerándolo uno de los veintiséis autores centrales del canon de la literatura occidental de todos los tiempos.
(Pablo Neruda y Maruja Mallo en playas de Chile en 1945)
Maruja Mallo también colaboró con viñetas en la revista "Silbo".
Carlos en el libro de Molina "Miguel Hernández y sus amigos de Orihuela" de 1969
(Copia del original conservado en la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela)
(En la foto de derecha a izquierda: Gaspar Peral Baeza, el editor Angel Caffarena Such, el pintor Pérezgil y Manuel Molina, las chicas son desconocidas. Archivo de Gaspar)
En la página 71 de este libro es donde Manuel Molina escribe que en noviembre de 1938 Carlos Fenoll, Poveda y Molina "arribaron" en la Alianza de Intelectuales encontramos a Miguel Hernández que vivía allí junto a otros escritores del campo republicano, "nos presentó a Rafael Alberti, a Maria Teresa León, a Emilio Prados y a Antonio Aparicio...(Hecho desmentido por Jesús Poveda)
Continúa el relato del último encuentro con Miguel:
Nuestro último encuentro fue al principio del otoño del año 1939. Mi hermana mayor me dijo que Miguel había estado en mi casa (1) preguntando por mí y que tenía prisa por llegar a Cox, donde estaban su mujer y su hijo. Al día siguiente, a primera hora, salí para Orihuela, donde comuniqué a Carlos Fenoll la noticia. Nos pusimos de acuerdo y partimos al mediodía para Cox. Cuando llegamos, Miguel dormía, la siesta. Después de los abrazos de rigor, de unas ensaladas y unos vinos, le preguntamos a Miguel qué era lo que pensaba hacer. Nos dijo que había estado más de cuatro meses en una cárcel de Madrid [Torrijos] y que había salido libre y sin ninguna denuncia, que ahora pensaba dedicarse a trabajar la tierra. "Por lo pronto nos dijo—, mañana voy a Orihuela a ver a mis padres de la calle de Arriba y a los de la calle Mayor" (Estos últimos eran los padres de los Sijé, que él quería tanto como a los propios.) (2) Nosotros, Fenoll y yo, tratamos por todos los medios posibles de disuadirlo de que fuera a nuestra tierra, de que hiciera todo lo contrario, que se alejara lo antes posible y cuanto más lejos mejor. No hubo manera de convencerlo. Decía que él no era un criminal, que él no se había metido con nadie, qué nadie podía tener interés en hacerle mal. Estuvimos luchando toda aquella tarde, toda aquella noche, vísperas de su santo (3).
A la mañana siguiente, Carlos Fenoll y yo partimos para Alicante y él para Orihuela. Unas horas después fue detenido en su pueblo, maltratado y procesado. Una lluvia de denuncias calló sobre él. Fue trasladado a Madrid a primeros de diciembre, junto con un voluminoso...
1) Lo que que da a entender Molina es que Miguel estuvo buscándole en Alicante, el dia 9 marzo salio Miguel de Madrid hacia Cox.
3) Carlos después de la guerra estaba desparecido y es poco probables que fuera con Molina a ver a Miguel al Cox. Ha haber sido así, Miguel les hubiera escrito cuando decía "paso más hambre que el perro den unciego" no se hubieran librado de acusarle de malos amigos y de escrir sus nombres en las cartas deseperadas que escribiera Miguel en el sótano del Seminario de San Miguel a Josefina. "Quiero saber si algún amigo ha tenido la ocurrencia de contestar a mis cartas y a mi petición" (octubre de 1939). Era Gabriel Sijé que se quedó esperandole en la comisaría.
Por lo tanto Carlos se libra de esta insinuación de falta de ayuda amistosa.
4)Como se ha demostrado documentalemnte por el Sumario 4.487, gracias a "El otro sumario de Miguel" de Enrique Cerdán Tato, Miguel fue detenido el día 28 de septiembre, no el 29 día de su onomástica, como figura en el atestado. Por lo tanto este supuesto encuentro no sucedió la víspera de su santo.
Por lo tanto toda investigación futura sobre la detención de Miguel en Orihuela, si quiere ser rigurosa debe rectificarse y cambiarse por el día 28 de septiembre, según declaración ante el subinspector Hermenegildo Riquelme García, al dia siguiente se entregó al detenido junto a las diligencias al Sr. Juez Militar Luca Girona, quien le tomó declaración el día uno de octubre.
..............Sobre la tahona de la calle de Arriba............
En la trastienda inmediata estaba la amasadora, y más adelante, a más alto nivel, la antesala del horno. A la derecha, una escalerilla que subía al alcabor, y antes de llegar a él, un descansillo que fue la primera tribuna de Miguel Hernández, de Ramón Sijé, de Carlos Fenoll, de José Murcia Bascuñana y de Jesús Poveda. Justino Marín y Adolfo Lizón, demasiado ocupados en sus estudios, no se acercaron por este lugar, no participaron directamente de la tertulia del panadero Fenoll.
En esta tertulia se reúnen un panadero, un pastor, un estudiante, un molinero y un oficinista. Miguel Hernández ha llegado hasta allí por vecindad, por afinidad, por amistad; Ramón Sijé [murio el 24 de diciembre de 1935], atraído por el amor a Josefina Fenoll, con su vuelo mágico y voz de colmena cantariña; Jesús Poveda, el oficinista [en el juzgado], por curiosidad, y el molinero, por escapar del molino.
Pero el imán poderoso, el que une con la fuerza de la gracia y la sal de un poeta de raíz pueblerina, es Carlos Fenoll, el que hace posible el milagro. Allí está él, centinela siempre de sus quehaceres y labores artesanas, mano derecha de la madre viuda, oficial y jefe del trabajo, al pie del fuego.
Pero su ánimo es tan grande como su vocación de poeta. Con el calor al cuello, con las manos en la masa, con el cuchillo, la hierba seca, la leña rasposa, Carlos no cesa de crear sus fantasías, de contar sus chistes, de cantar sus versos improvisados entre pan y pan, remando nube encendida, cargando con la tabla de arracimados corderillos blancos, olorosos, huella invisible de Dios en el vaho tiemísimo de la tarde de estío, regalo de la brisa.
Entre un enjambre de niños está Efrén, el varón menor de la casa, que hace pinos de comerciante, de donjuán, de trovero. Con el tiempo, él será el encargado de cerrar, más que la puerta, la esencia de este templo inmortal. (1969: 18-19)
......................Detalles de la semblaza de Carlos Fenoll....
Después —ya mozo de pala-, mientras el calor en conserva levantaba el rubor del pan, Carlos —adolescente ávido— deletreaba el periódico "ABC", que se recibía diariamente en la tahona. En la boca del horno, "remando nube encendida", laborando la pasta de harina, modelando la ubre del primer alimento del hombre, ciñendo, heñiendo la materia esencial, cuidando del proceso de la transformación hasta la costra, transcurren las primaveras de esta criatura.
Para un joven con curiosidad, con deseos de saber, nunca falta un rincón donde se amontonen libros resecos y amarillentos, donde, junto a un tratado mercantil, se pueda encontrar a Bécquer, Villaespesa, Campoamor o Rubén Darío. Carlos dio con ellos y con otros de la época. Entonces era frecuente en revistas semanales una página floreada, ramificada en pálidos colorines con versos otoñales y gacelinos, donde a la manera rubeniana se repetían los tópicos más insustanciales de nuestra lengua. Pero Carlos Fenoll se liberaba pronto de estos "maestros". Conoce de cerca al "Vicenterre", un vecino pastor que hace versos, y empieza a frecuentar su taller. Un pastor que lee mucho y escribe a veces a la sombra de un árbol mientras pacen las cabras del ganado paterno.
Otra versión del encuentro entre Carlos y Miguel, según Vicente Ramos
(Vicente Ramos y Pérez)
Otra versión del primer encuentro entre Carlos y Miguel, según Vicente Ramos en la edición de Gredos de 1973 es la siguiente. Vicente Ramos tuvo amistad con Carlos Fenoll, Meses antes de la muerte de Justino Marín, en 20 de junio de 1946, Vicente, Molina y Carlos entuvieron visitándole en la calle Mayor 27, donde vivía.
En la Casa del Pueblo [Calle Barcala nº 38 de Orihuela], y con toda probabilidad en 1928, se conocieron Miguel Hernández y Carlos Fenoll, vecinos, por añadidura, de la misma calle. De inmediato los dos jóvenes —Miguel, con dieciocho años; Carlos, con dieciséis— se unieron en fraterna amistad.
Carlos, al igual que su padre, tenía facilidad para la versificación; Miguel ansiaba hacer teatro. Pero, al poco, éste, influido por aquél, comenzó a escribir poemas. A la par, se intercambiaban libros de Vicente Medina, -de José María Gabriel y Galán, de Juan Sansano...; se leían mutua y críticamente los versos propios y, juntos, ofrecían recitales bien en el Círculo Católico —especialmente, con motivo de la fiesta de San José—, convocados por el Consiliario don Luis Almarcha, o por el también sacerdote don Ramón Barber Marco, o ya en la Casa del Pueblo, rectorada entonces por don José Cubí.
Naturalmente, ensanchan poco a poco el ámbito de sus lecturas: Marquina, Villaespesa, los hermanos Alvarez Quintero, volúmenes de la colección teatral «La Farsa», Rubén Darío, Cervantes, Antonio Machado, Gabriel Miró, Juan Ramón Jiménez... Y Miguel pasa largas, felices horas, con Carlos en la tahona de éste, alimentando ilusiones y soñando versos.
El año 1929 señala la aparición del primer poema de Carlos Fenoll: el titulado Canto al nuevo jardín oriolano, que podemos leer en el semanario «Actualidad», de fecha 6 de junio.
Miguel Hernández no publica hasta el 13 de enero de 1930, y lo hace en las páginas de «El Pueblo de Orihuela» con su trabajo "Pastoril".
Pero, días antes, Carlos anuncia por vez primera a sus paisanos la presencia del poeta Miguel Hernández, mediante su poema La sonata pastoril, que lleva la siguiente dedicatoria: «A Miguel Hernández, el pastor que, en la paz y el silencio de la hermosa y fecunda huerta oriolana, canta las estrofas que le inspira su propio corazón», se trata de “La sonata Pastoril” en “El Pueblo de Orihuela”. el 30 de diciembre de 1929].
Los versos que descubrieron a nuestro gran poeta dicen como sigue:
Cuando la tarde declina
y el sol va perdiendo el brillo
tras de la parda colina,
se siente la sonatina
de un alegre pastorcillo.
El trabajo con cierto talante modernista de Carlos Fenoll, en el que dulce y gozosamente pregona el nacimiento de un nuevo poeta en Oleza, lo acogió don Luis Almarcha en «El Pueblo de Orihuela», de fecha 30 de diciembre de 1929, en las mismas páginas, donde, gracias al mismo mecenazgo, apareció, el 13 de enero siguiente, el poema Pastoril, que inició la obra de Miguel Hernández:
Junto al río transparente que el astro rubio colora y riza el aura naciente, llora Leda la pastora. De amarga hiel es su llanto. ¿Qué Hora la pastorcilla?
……………Enredo sobre la tertulia de la tahona, escrito por lo que le había contado manuel Molina:
A nuestro criterio, el tercer y definitivo paso para la total constitución del Grupo de la Generación Olecense de 1930 fue la amistad entre Carlos Fenoll y Ramón Sijé, lograda a través de Miguel Hernández [Según Poveda fue él quien presentó Sijé a Carlos]. Luego, sin tardanza, se iniciaron las tertulias en la tahona de Fenoll, engrosadas más tarde con la presencia del oficinista Jesús Poveda, del molinero Jesús (sic)[José] Murcia Bascuñana, Antonio Gilabert Aguilar, primo de Miguel; Efrén, hermano de Carlos, y Manuel Molina.
[Manuel Molina se agregó por su cuenta en una inexistente tertulia, porque consiguió sacarle a Carlos en una carta que él fue el benjamín del Grupo Silbo]
(Gredos 1973.
jueves, 23 de febrero de 2012
Carlos acompañó a Miguel a Elche para recoger el único premio que de poesía que le dieron
Con su nueva máquina de escribir de la marca Corona portátil que le vendió Eladio Belda a plazos por trescientas pesetas, fue el instrumento para que Hernández escribiere “Canto a Valencia”, que envía al concurso convocado por el Orfeón Ilicitano, las bases las había leído en la revista Destellos de Orihuela, a finales de marzo de 1931 recibe la noticia de que su poema ha sido premiado con el primer premio, con el telegrama en su mano temblorosa se lo enseñó a Carlos Fenoll. Era el tercer aniversario del Orfeón Ilicitano por el se organizó un certamen literario "con el objeto de rendir el más merecido tributo a Valencia". Constaba de 138 versos, al que le puso el título de "Canto a Valencia" y que presentó con el lema "Luz..., Pájaros..., Sol...".
En el semanario "El Ilicitano", órgano periodístico de la sociedad artística de Elche, del 5 de abril 1931 de ese año aparece en su portada el fallo del jurado y se constata la reunión del 25 de marzo del jurado compuesto por Manuel Pomares Ceva, Antonio Serrano Hernández, Pascual Pastor Maciá y Amador Blasco decidieron los galardones del certamen literario. El concurso había recibido, sobre todo, trabajos desde Valencia, Alicante, Elche y Orihuela.
El poema ganador de un joven Miguel Hernández dedicaba mucho espacio y sensibilidad al paisaje y las gentes de la zona del Levante en la que tenía protagonismo destacado Valencia, el Mediterráneo, Alicante, el Segura, Murcia y, especialmente, Elche, donde a lo largo de 16 versos se encajaba con hábil delicadeza desde un gran bosque de palmeras hasta el Domingo de Ramos, el Huerto de Cura y la Dama.
La noticia también apareció en el nº 11 de Destellos de 15 de mayo con la siguiente nota:
"Miguel Hernández (el pastor poeta) y Antonio Mateo han sido galar¬donados con el primero y el tercer premio respectivamente en el Certamen Literario organizado por la Sociedad Artística 'Orfeón Ilici¬tano. Destellos felicita con entusiasmo a los jóvenes poeta oriolanos, y se congratula de que muchachos como Hernández, colaborador de esta revista, y Mateo, hayan obtenido "tan resonante triunfo".
(“La Orihuela de Miguel Hernández”, José Sánchez Balaguer, 2011, p. 109)
Así lo relata el propio Carlos en carta a Francisco Martínez Marín carta de 9 de marzo de 1951:
“El Canto a Valencia —no estoy muy cierto de que se titulara así— se lo premiaron en Elche. Cuando recibió el telegrama donde le notificaban tan fausto acontecimiento, saltó materialmente de alegría, y agitando el azul y leve papelito en su mano ruda, como hecha de corteza de olivo, con un fulgor de júbilo en sus ojos impresionantes, me decía: ¡Mira Carlos, mira! ¡Me han dado el primer premio en Elche! ¡Viva la poesía, y yo y tú! Con los dineros que recaudó de la leche aquella noche alquilamos un detonante Ford [con el dinero obtenido ese día de la venta de la leche] y llegamos a la ciudad de las palmeras a las doce y pico. Todo silencioso y desierto... Preguntamos a un sereno —¡Che, oiga— la dirección, o mejor dicho, por dónde caía la dirección del Secretario del Certamen. Después de mucho andar, desandar, llamar, molestar —tal era nuestra impetuosa, nuestra impaciencia y brava ingenuidad—, nos dijeron que el premio no se podía entregar aquella noche, a aquellas horas. Que lo mandarían. Decepción... —Pero ¿qué es el premio, en metálico?— quisimos saber —No; un objeto artístico...» ["una magnífica escribanía -estuche para plumas y un tintero- de plata], según consta en el acta del jurado del certamen. Sí, fue un pobre objeto y aún más pobre como obra de arte: una escribanía. A los dos o tres días fuimos a venderla para restituir a su padre «los cuartos de la leche», y aún nos faltaron cuatro pesetas...”
Para reparar la falta del dinero de la leche a su padre, vendieron la escribanía de plata, e incluso así faltaría dinero, que seguramente recurriría al bolsillo de carlos que no le negaba ningún tipo de ayuda.
Las afición taurina de Carlos
(Obras del pintor oriolano Guillermo Bellod. Colección J.Juis Zerón)
La fiesta de los toros en Orihuela eran todo un acontecimiento público. La afición a los todos tanto de Carlos como de Miguel son evidentes, he hecho, como ya hemos dicho en ortos artículos, Miguel le envió a Carlos una fotografía del torero Lagartijo (Carta desde Madrid de 12 de junio de 1936). Tomamos un fragmento del artículo de José María Balscells para documentarlo como aproximación:
"Estamos aludiendo a sucedidos como el de que aquel muchacho, que pudo soñar con vestirse de luces, llegó «un día a tirarse en plena corrida como aficionado, por lo que fue metido en el retén, pasando allí alguna noche, siendo liberado por su pa¬dre, previo pago de una multa» (Martínez Marín, 1995: 16). ¿Un día? Más de uno y puede que más de dos entre 1926 y 1927, a no ser que el contenido de la siguiente cita, refiriéndose a él, sea incierto:
Cuando apenas tendría catorce o quince años, quiso ser torero, y acudía a las corridas de toros que se daban por las Ferias de Orihuela (y que por aquel entonces se desarrollaban estas con toros y toreros de mucho postín), y no faltaba un espontáneo; este era Carlos, que se arrojaba a aquel ruedo chaqueta en mano... y aca¬baba siendo detenido por las autoridades, como era lógico, y pagando su padre la multa que le aplicaba para ser puesto e liberta (Poveda,1975:69.70)
Una de las ocasiones en las que se ha indicado que se arrojó al ruedo de Orihuela como espontáneo podría haber tenido lugar durante la feria agosteña de 1931, el año de la proclamación de la República. Dice una fuente que «[s]altó de nuevo al ruedo con su chaquetilla, dando unos cuantos pases y, de nuevo, fue conducido al retén municipal por la fuerza pública» (Gelardo, 2007-2008: 13-14).
A pies juntillas no suscribiría íntegramente el contenido de ambas citas, porque hay un elemento que no me cuadra en ellas, el de la chaqueta. A buen seguro le tentó a Carlos Fenoll la idea de ser torero. Seguro también que se tiraría como espontáneo varias veces, y que lo llevaron al cuartelillo otras tantas. Hasta ahí estoy dispuesto a llegar, porque lo de que se arrojaba al albero en el transcurso de una novillada con picadores o de una corrida de toros ya parece más inasumible si su único engaño era dicha prenda de vestir, cuando ya resultaba bien cuesta arriba, para los profesionales, torear con la provisión técnica de capotes y muletas. Y conste que no estoy negando que echase mano de su chaqueta como espontáneo, sino que no se me alcanza que lo hiciese en un festejo mayor de la feria, y menos habitualmente.
Si se me hubiera dicho que saltó del tendido a la arena en espectáculos meno¬res, no pondría la más mínima objeción, porque apuesto que eso fue lo que hizo, tirarse al ruedo en festivales, en becerradas, en sueltas de vaquillas, en capeas. Y es que para demostrar la taurofilia fenolliana no hace falta urdir cándidamente hazañas taurinas inverosímiles por hiperbólicas. Por eso me parece de recibo el párrafo que copiaré a continuación, y que avala la mi- litancia taurina del panadero (Ruiz Cases, 1995: s.p.):
Varios son los testimonios alusivos a ¡a afición taurina de Carlos Fenoll. Yo los he recogido de contemporáneos suyos, algunos aún vivos o recientemente fallecidos. El -picador Rafael Tafalla, Remache, recuerda las idas a Callosa a "tirarnos ala vaca. Carlos, el Delfín, era el -primero en lanzarse. A mí me dejaba montar el borrico moruno, sabiendo de mi afición a picar". El banderillero Manuel Vicente, Pepiso, me comentaba lances en la vaca de Benferri, y aún hoy; entre otros, el empresario Manuel Valle me da fe de las capeas en las que con otros amigos parti¬cipan los dos donde se anunciaban fiestas patronales.
("Miguel Hernández: la forja de una afición taurina", revista "Canelobre" 56, Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, José maría Balcells, en lo insertado pp.227-229
miércoles, 22 de febrero de 2012
"Angel de chiquilla verde" y "Caballo Verde para la poesía"
El poema "Ángel de la quilla verde" 1936 de Carlos Fenoll, tiene influencias del surrealismo de Aleixandre y de la poesía "impura" de Pablo Neruda. El chileno por ese tiempo era el director intelectual de la revista "Caballo Verde para la Poesía" (cuatro números entre 1935-1936), los verdaderos editores eran Manuel Altolaguirre y Concha Méndez. Podemos apreciar que el sustantivo "verde" aparece repetido cinco veces en el poema de Carlos. Sin duda alguna Miguel le había hablado de esta revista. Carlos debió conocer por carta de Miguel que le habían publicado el poema "Vecino de la muerte" en el primer número (octubre de 1935) la prestigiosa revistas "Caballo Verde para la Poesía". No le pudo mandar ningún ejemplar porque solamente le dieron uno, tal y como escribe a Carmen Conde y Antonio Oliver "No puedo mandaros la revista porque no me han dado más que un número [ejemplar] (18 de octubre de 1935. O.C. p.2362). Miguel intentaba publicar a Neruda en "Silbo".
Veamos el bello poema de Carlos los progresos e influencias nerudianas de Carlos y de "Caballo Verde..." son evidentes:
En el mar, en la etrella, en la raíz.
En las pupilas y los senos verdes.
En la pena verde
que el martillo del dolor no madura.
En el hierro tierno donde el fuego se ahoga,
y en el pozo antiguo, y en el agua verde,
larga y sin espinas,
late en perpetua gestación un ángel.
No te exasperes como el diente clavado
en un fruto verde, porque seas verde:
Teme, teme el aliento del verano
que te ha de abrir los cálidos veneros,
que te ha de dar dulzor como a las frutas
porque esa fiebre matará a tu ángel,
tu dulce ángel de chiquilla verde...
Librito "Poemas" de "Silbo" 1936 y en "Arte Joven de 1940.
Los comentarios de José Guillén y José Muñoz Garrigos (1974, p. 186)son muy acertados:
"Bellísimo poema, que delata el enorme progreso de Carlos Fenoll en el camino de la expresión poética. El versolibrismo, aunque esporádicamente, toma sitio en su obra, quizá por la influencia de algunas composiciones de Miguel, escritas bajo el signo de Aleixandre y Neruda Incluso la influencia del surrealismo está bien patente en los versos a través de imágenes audaces —«pena verde», «hierro tierno», «agua verde, larga y sin espinas»— en que el plano real se halla muy distante del figurado. Es también muy probable que la sugerencia del tema —Angel de chiquilla verde— le viniera a través del extraordinario libro de Rafael Alberti "Sobre los ángeles". Sin embargo, el clima de este poema de Carlos Fenoll es distinto al que habitualmente informa la mayor parte de las composiciones surrealistas de los autores citados. Una candorosa fragancia, un recoleto ideal de poeta agreste, un sano decantamiento —casi docente— al puro estado de inocencia, sopla en los versos como la brisa provocada por el ala de un ángel".
"El Caballo Verde para la Poesía" revista exclusivamente poética editada e impresa por Concha Menéndez (1898-1986) y su marido, Manuel Altolaguirre (1905-1959), quienes entregan su dirección a Pablo Neruda (1904-1973), elevándose como la exponente de la llamada poesía “impura” en contraste con la juanramoniana revista quincenal Nueva poesía (Sevilla: 1935-1936). El poeta chileno, que abrirá cada número con un texto en prosa a modo de prólogo, dará cabida en ella tanto a autores españoles, como hispanoaméricanos y europeos, pertenecientes o relacionados con la generación del 27, además de otros más jóvenes, provenientes de diferentes tendencias, observándose en sus composiciones un marcado carácter surrealista.
Con un cuidado diseño y tipografía a diferentes tintas y cosida a mano, su pluralidad se refleja en los poetas españoles que en ella publican, como Vicente Aleixandre (1898-1984), Federico García Lorca (1898-1936), Jorge Guillén (1893-1984), Miguel Hernández (1910-1942) o Leopoldo Panero (1909-1962). Con ilustraciones de José Caballero (1916-1991). De carácter mensual, apenas superando las 20 páginas, editó sólo cuatro números, el primero sale en octubre de 1935, número 5 iba a ser doble (5-6) se llegó a imprimir y a falta de doblar los pliegos no llegó a ser cosido al estallar la guerra civil el 18 de julio de 1936 y nadie ha visto sus páginas. En la colección de la Biblioteca Nacional falta el número 3, correspondiente a diciembre de 1935. Fue reproducida en facsímil en una edición de 1974, a cargo de J. Lechner. Fuente: Hemeroteca Digital - BNE
El Premio Noble de Literatura del 1971 Pablo Neruda es considerado uno de los mayores y más influyentes poetas del siglo XX y, según el novelista Gabriel García Márquez, "el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma". Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971.
En 1934, el poeta chileno Pablo Neruda es enviado a España como cónsul de Chile. En Madrid, vivió en el quinto piso de la “Casa de las Flores” donde compartió agradables veladas con sus amigos García Lorca, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Antonio Aparicio, José Caballero, Miguel Hernández y numerosos otros.
Un día Manuel Altolaguirre, poeta nacido en Málaga y le ofreció la dirección de una revista de poesía que quería editar. Neruda que en Chile había fundado en 1925, la revista “Caballo de Bastos” y había colaborado con varias otras publicaciones aceptó el ofrecimiento de inmediato.
La revista contó con la colaboración de los mejores escritores y poetas que habían en España en ese momento: Pablo Neruda (director), Manuel Altolaguirre (editor), Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Arturo Serrano Plaja, Leopoldo Panero, Luis Cernuda, Concha Méndez, José María Souvirón, A. Aragón, Emilio Prados, Cayetano Aparicio, José Moreno Villa, Eugenio Mediano Flores, Miguel Ángel Gómez, Rosa Chacel, los franceses Robert Desnos y André Bernard Delons, los argentinos Ricardo E. Molinari, González Carbalho y Raúl González Tuñón, el suizo Hans Gebser, los chilenos Luis Enrique Délano y Ángel Cruchaga Santa María y el cubano Félix Pita. Las ilustraciones eran de José Caballero, Ramón Pontones y José Moreno Villa.
Los cuatro primeros números fueron publicados entre 1935 y 1936, con periodicidad mensual y editados en la imprenta de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, ubicada en la calle Viriato 73 de Madrid. La revista número 5 y 6 de “Caballo Verde” estaba programada para ser publicada el 19 de Julio de 1936, pero ese día comenzó en España la Guerra Civil.
La revista "Caballo Verde para la Poesía" que fue de gran impacto, pero tuvo vida corta, representa la culminación y la crisis de una época, el fin de la poesía de léxico estrictamente formal, que privilegiaba la intimidad humana y el pensamiento religioso, y el comienzo de otra, no formal, de lenguaje libre y sobre todo comprometida con el aspecto social y político. En esta revista publicó Neruda "Manifiesto para una poesía sin pureza", Que no llegó a leer Carlos Fenoll, puesto que no la trajo Miguel a Orihuela. Solamente le habian dado un ejemplar.
En una carta escrita a Detlev Auvermann, Neruda recuerda aquél número 5-6 (número doble), que no llegó a ser publicado: “Con respecto a CABALLO VERDE estoy, naturalmente, muy contento de su reimpresión. Lástima grande que el número doble 5 y 6, totalmente impreso, se quedó para siempre en la imprenta de Manuel Altolaguirre (...) y nunca se logró rescatar un solo ejemplar. Iba a aparecer justamente en los días que estalló la Guerra Civil. Sólo faltaba coser los pliegos y agregar las tapas”.
Posteriormente, en un artículo de Para nacer he nacido, con el título de "Se ha perdido un Caballo verde", el poeta contó que el número perdido de la revista había sido dedicado al poeta uruguayo Herrera y Reissig.
Posted 8th December 2011 by Ana Vega - Semanario Hispánico
Labels: literatura Madrid Chile revistacaballoverde Pablo Neruda poesía
Veamos el bello poema de Carlos los progresos e influencias nerudianas de Carlos y de "Caballo Verde..." son evidentes:
En el mar, en la etrella, en la raíz.
En las pupilas y los senos verdes.
En la pena verde
que el martillo del dolor no madura.
En el hierro tierno donde el fuego se ahoga,
y en el pozo antiguo, y en el agua verde,
larga y sin espinas,
late en perpetua gestación un ángel.
No te exasperes como el diente clavado
en un fruto verde, porque seas verde:
Teme, teme el aliento del verano
que te ha de abrir los cálidos veneros,
que te ha de dar dulzor como a las frutas
porque esa fiebre matará a tu ángel,
tu dulce ángel de chiquilla verde...
Librito "Poemas" de "Silbo" 1936 y en "Arte Joven de 1940.
Los comentarios de José Guillén y José Muñoz Garrigos (1974, p. 186)son muy acertados:
"Bellísimo poema, que delata el enorme progreso de Carlos Fenoll en el camino de la expresión poética. El versolibrismo, aunque esporádicamente, toma sitio en su obra, quizá por la influencia de algunas composiciones de Miguel, escritas bajo el signo de Aleixandre y Neruda Incluso la influencia del surrealismo está bien patente en los versos a través de imágenes audaces —«pena verde», «hierro tierno», «agua verde, larga y sin espinas»— en que el plano real se halla muy distante del figurado. Es también muy probable que la sugerencia del tema —Angel de chiquilla verde— le viniera a través del extraordinario libro de Rafael Alberti "Sobre los ángeles". Sin embargo, el clima de este poema de Carlos Fenoll es distinto al que habitualmente informa la mayor parte de las composiciones surrealistas de los autores citados. Una candorosa fragancia, un recoleto ideal de poeta agreste, un sano decantamiento —casi docente— al puro estado de inocencia, sopla en los versos como la brisa provocada por el ala de un ángel".
"El Caballo Verde para la Poesía" revista exclusivamente poética editada e impresa por Concha Menéndez (1898-1986) y su marido, Manuel Altolaguirre (1905-1959), quienes entregan su dirección a Pablo Neruda (1904-1973), elevándose como la exponente de la llamada poesía “impura” en contraste con la juanramoniana revista quincenal Nueva poesía (Sevilla: 1935-1936). El poeta chileno, que abrirá cada número con un texto en prosa a modo de prólogo, dará cabida en ella tanto a autores españoles, como hispanoaméricanos y europeos, pertenecientes o relacionados con la generación del 27, además de otros más jóvenes, provenientes de diferentes tendencias, observándose en sus composiciones un marcado carácter surrealista.
Con un cuidado diseño y tipografía a diferentes tintas y cosida a mano, su pluralidad se refleja en los poetas españoles que en ella publican, como Vicente Aleixandre (1898-1984), Federico García Lorca (1898-1936), Jorge Guillén (1893-1984), Miguel Hernández (1910-1942) o Leopoldo Panero (1909-1962). Con ilustraciones de José Caballero (1916-1991). De carácter mensual, apenas superando las 20 páginas, editó sólo cuatro números, el primero sale en octubre de 1935, número 5 iba a ser doble (5-6) se llegó a imprimir y a falta de doblar los pliegos no llegó a ser cosido al estallar la guerra civil el 18 de julio de 1936 y nadie ha visto sus páginas. En la colección de la Biblioteca Nacional falta el número 3, correspondiente a diciembre de 1935. Fue reproducida en facsímil en una edición de 1974, a cargo de J. Lechner. Fuente: Hemeroteca Digital - BNE
El Premio Noble de Literatura del 1971 Pablo Neruda es considerado uno de los mayores y más influyentes poetas del siglo XX y, según el novelista Gabriel García Márquez, "el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma". Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971.
En 1934, el poeta chileno Pablo Neruda es enviado a España como cónsul de Chile. En Madrid, vivió en el quinto piso de la “Casa de las Flores” donde compartió agradables veladas con sus amigos García Lorca, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Antonio Aparicio, José Caballero, Miguel Hernández y numerosos otros.
Un día Manuel Altolaguirre, poeta nacido en Málaga y le ofreció la dirección de una revista de poesía que quería editar. Neruda que en Chile había fundado en 1925, la revista “Caballo de Bastos” y había colaborado con varias otras publicaciones aceptó el ofrecimiento de inmediato.
La revista contó con la colaboración de los mejores escritores y poetas que habían en España en ese momento: Pablo Neruda (director), Manuel Altolaguirre (editor), Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Arturo Serrano Plaja, Leopoldo Panero, Luis Cernuda, Concha Méndez, José María Souvirón, A. Aragón, Emilio Prados, Cayetano Aparicio, José Moreno Villa, Eugenio Mediano Flores, Miguel Ángel Gómez, Rosa Chacel, los franceses Robert Desnos y André Bernard Delons, los argentinos Ricardo E. Molinari, González Carbalho y Raúl González Tuñón, el suizo Hans Gebser, los chilenos Luis Enrique Délano y Ángel Cruchaga Santa María y el cubano Félix Pita. Las ilustraciones eran de José Caballero, Ramón Pontones y José Moreno Villa.
Los cuatro primeros números fueron publicados entre 1935 y 1936, con periodicidad mensual y editados en la imprenta de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, ubicada en la calle Viriato 73 de Madrid. La revista número 5 y 6 de “Caballo Verde” estaba programada para ser publicada el 19 de Julio de 1936, pero ese día comenzó en España la Guerra Civil.
La revista "Caballo Verde para la Poesía" que fue de gran impacto, pero tuvo vida corta, representa la culminación y la crisis de una época, el fin de la poesía de léxico estrictamente formal, que privilegiaba la intimidad humana y el pensamiento religioso, y el comienzo de otra, no formal, de lenguaje libre y sobre todo comprometida con el aspecto social y político. En esta revista publicó Neruda "Manifiesto para una poesía sin pureza", Que no llegó a leer Carlos Fenoll, puesto que no la trajo Miguel a Orihuela. Solamente le habian dado un ejemplar.
En una carta escrita a Detlev Auvermann, Neruda recuerda aquél número 5-6 (número doble), que no llegó a ser publicado: “Con respecto a CABALLO VERDE estoy, naturalmente, muy contento de su reimpresión. Lástima grande que el número doble 5 y 6, totalmente impreso, se quedó para siempre en la imprenta de Manuel Altolaguirre (...) y nunca se logró rescatar un solo ejemplar. Iba a aparecer justamente en los días que estalló la Guerra Civil. Sólo faltaba coser los pliegos y agregar las tapas”.
Posteriormente, en un artículo de Para nacer he nacido, con el título de "Se ha perdido un Caballo verde", el poeta contó que el número perdido de la revista había sido dedicado al poeta uruguayo Herrera y Reissig.
Posted 8th December 2011 by Ana Vega - Semanario Hispánico
Labels: literatura Madrid Chile revistacaballoverde Pablo Neruda poesía
Comentarios en el portal de Facebook de Vicente Luis Fenoll Ávila
El señor Ramón Palmeral, por su cuenta y riesgo, ha creado este blog sobre mi padre Carlos Fenoll Felices. La mayoría de cosas publicadas son "copia y pega", como se puede comprobar fácilmente, cayendo en los mismos tópicos e historias negras que acompañan su biografía.
Yo no le he invitado a que publique nada en esta página de los "fenoles" y, como podréis comprender, no estoy de acuerdo en muchas de sus "copia y pega".
Vicente Luis Fenoll Ávila (24 de enero)
...............
Mi apoyo, Vicente, a tus palabras, y me adhiero a tu rechazo. La gente debería asegurarse de la certeza de lo que escriben antes de hacerlo, me refiero al blog, y por tanto, y por supuesto, debería haberte pedido permiso,como representante de tu familia aquí, antes de publicar en esta página esa entrada. Besos. Lola Fenoll. (26 de enero)
..................
Creo que no es justo que cien años después del nacimiento de un poeta como Carlos Fenoll se siga ocultando su vida y su obra, como si algo hubiera que ocultar o callar, no lo entiendo. Somos humanos y cometemos errores. Los hombres de aquellos tiempos no son los de hoy. Los de hoy son peores. Se podrá reescribir su biografía pero la verdad es la que con el tiempo impera. Empecé a escribir porque no había nada en Internet sobre Carlos, ni un poema, ni una carta, solo un nombre. Por eso hay que dar a conocer su obra en la ventana del mundo, porque se lo merece. Y la apatía de algunos me duele mucho. Lo más cómodo es no hacer nada. No hay que olvidar que Carlos es un poeta público y su nombre e inmortal junto al de Miguel Hernández. Ques sí, que esto puede cansar como una rémora pero a nadie le obligo yo a entrar en estas páginas.
Ramón Fernández Palmeral
Yo no le he invitado a que publique nada en esta página de los "fenoles" y, como podréis comprender, no estoy de acuerdo en muchas de sus "copia y pega".
Vicente Luis Fenoll Ávila (24 de enero)
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Mi apoyo, Vicente, a tus palabras, y me adhiero a tu rechazo. La gente debería asegurarse de la certeza de lo que escriben antes de hacerlo, me refiero al blog, y por tanto, y por supuesto, debería haberte pedido permiso,como representante de tu familia aquí, antes de publicar en esta página esa entrada. Besos. Lola Fenoll. (26 de enero)
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Creo que no es justo que cien años después del nacimiento de un poeta como Carlos Fenoll se siga ocultando su vida y su obra, como si algo hubiera que ocultar o callar, no lo entiendo. Somos humanos y cometemos errores. Los hombres de aquellos tiempos no son los de hoy. Los de hoy son peores. Se podrá reescribir su biografía pero la verdad es la que con el tiempo impera. Empecé a escribir porque no había nada en Internet sobre Carlos, ni un poema, ni una carta, solo un nombre. Por eso hay que dar a conocer su obra en la ventana del mundo, porque se lo merece. Y la apatía de algunos me duele mucho. Lo más cómodo es no hacer nada. No hay que olvidar que Carlos es un poeta público y su nombre e inmortal junto al de Miguel Hernández. Ques sí, que esto puede cansar como una rémora pero a nadie le obligo yo a entrar en estas páginas.
Ramón Fernández Palmeral
martes, 21 de febrero de 2012
Primera referencia biografica de Carlos se editó en la revista "Verbo" agosto de 1946
Espíritu y carne de un poetas: Carlos Fenoll
Las anchas y luminosas tierras del Segura tiene una expresión de austeridad cálida y rumorosa en Orihuela. Este viejo pueblo, cargado de recuerdos históricos v artísticos, siempre ha tenido una voz de alerta en la poesía. Una poesía popular, auténtica y humana. Hombres arrancados de esa tierra han vivido y cantado entre las paredes de esta añeja ciudad y han muerto entre sus brazos en el más completo de los silencios y olvidos.
Vamos a traeros a la memoria los más cercanos a nuestro corazón y vamos a detenernos en uno, en el presente: José María Ballesteros, Miguel Hernández y Carlos Fenoll.
Desde que éramos niños conocemos a Carlos Fenoll. Sus padres eran panaderos y él empezó este oficio, casi sagrado, teniendo como aprendizaje repartir la luciente y olorosa mercancía a domicilio de la cómoda clientela. En estas correrías, que él hacía con un magnífico humor, le acompañábamos muchas veces. Amenizaba el tiempo recitando versos y contándonos fantásticas historias que nos llenaban de entusiasmo. A veces estas leyendas eran larguísimas y tardaba varias jornadas en relatarlas hasta darles fin. Nosotros las seguíamos con creciente interés y ésta constituía nuestra más apetecida diversión.
Pasó el tiempo y su vocación literaria se fué (sic) acrecentando como su propia vida. Las horas que multitud de jóvenes mustiaban tristemente en ranas discusiones deportivas o frivolidades semejantes, las invertía nuestro admirable Carlos junto a un grupo de soñadores de la Belleza que, en las más apartadas dependencias de su casa, asimismo se había creado. Allí asistió el inolvidable Ramón Sijé, Miguel Hernández, Gabriel Sijé v otros que no por más anónimos fueron menos fervorosos. De aquí nacieron aquellas hojas amarillas— "Otoño fecundo"— que aún guardarán su permanencia en alguna biblioteca provinciana y que tuvo por nombre y lema este trino de jilguerillo verde: "Silbo", y en el que colaboraron con trabajos inéditos algunas de las glorias actuales de nuestro panorama literario, tales como Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixandre. Ediciones "Silbo" sólo dio a la luz un diminuto Opúsculo titulado "Poemas" y que firmaban Jesús Poveda, Justino Marín (nombre de pila de Gabriel Sijé) Y Carlos Fenoll. Los tres poemas con que limitaba su presencia allí nuestro poeta, eran francamente deliciosos. Sentimos no poder dar a conocer aquí ninguno de és¬tos por que los supervivientes de la venta (?) fueron condenados al fuego por Carlos Fenoll, que lleva su rareza e inquietud hasta el extremo de despreciar su obra pasada. Tanto es así este aserto, que a pesar de la vigilancia de sus más leales amigos, aún no ha podido recogerse en un volumen sus poemas pletóricos de humanidad y vida. De sus trabajos sólo perviven los que anualmente deja en las revistas de Semana Santa de Orihuela y algunos que le hemos conseguido arrancar para la nuestra, editada en Alicante, y que se conoció en toda España con el nombre de "INTIMIDAD POETICA".
Desde hace varios años, Carlos Fenoll se consume en Orihuela. Sus padres murieron. El se casó y tiene tres hijos, viéndose obligado a trabajar junto a la boca del horno que le roba sus mejores horas. Su vocación le arrastra hacia las canciones con una fuerza que no puede eludir. El Destino le lleva a su obligación con embestidas aun más bravas. Entre estas dos violencias él desespera a veces y recurre al aturdimiento para olvidarse de sí mismo.
Carlos Fenoll es joven todavía y aún la oportunidad no le ha cerrado todas sus puertas. Tiene mucho corazón y una nobleza que reluce en todas sus acciones.
Desde aquí una y una vez más, amigo Carlos te invitamos a la perseverancia y a la voluntad para que te mantengas siempre en el camino del Bien.
...Pero dejemos que él mismo nos cante su tragedia…
Manuel Molina.
(Cenrro de Estudios e Investigación Vicente Ramos, Ayuntamiento de Guardamar del Segura. Alicante. Encargada Otilia Maciá)
En este número publicó dos poemas "Hora indecisa" y "El canto encadenado", que ya había publcicado en "Intimidad poética" en 1944
HORA INDECISA
Ha llovido: y perdura, ya muy débil
un fragor de tormenta. El cielo está
cubierto de ceniza. Agosto sube
a su ahogado crepúsculo final.
Un pensamiento súbito: mañana,
en el alma de Europa, ¿cerrarán
las nubes de la guerra el horizonte
de esperanza en el tiempo de la paz?
¿Se ha de obrar el milagro que la salve,
—¡Oh, milagro de amor, de lumbre y pan!—
al hallarse una ruta de justicia
para los hombres de buena voluntad?
La ansiosa incertidumbre, y el paisaje
profundamente triste y hosco, dan
a mi espíritu un hondo sentimiento
de infinita piedad...
(«Verbo», 1946) (Escrito en septiembre de año 1939)
La II Guerra Mundial compezó 1 de septiembre de 1939, al componer este soneto está pensando en las terribles noticas que le llega bien en la radio o en prensa.
Guerra que comenzó con la invasión alemana de Polonia, el primer paso bélico de la Alemania nazi en su pretensión de fundar un gran imperio en Europa, que produjo la inmediata declaración de guerra de Francia y la mayor parte de los países del Imperio Británico y la Commonwealth al Tercer Reich. Desde finales de 1939 hasta inicios de 1941, merced a una serie de fulgurantes campañas militares y la firma de tratados, Alemania conquistó o sometió gran parte de la Europa continental. En base a acuerdos entre los nazis y los soviéticos, la nominalmente neutral Unión Soviética ocupó o se anexionó territorios de las seis naciones vecinas con las que compartía frontera en el oeste. El Reino Unido y la Commonwealth se mantuvieron como la única gran fuerza capaz de combatir contra las Potencias del Eje en el Norte de África y en una extensa guerra naval. En junio de 1941 las potencias europeas del Eje comenzaron una invasión de la Unión Soviética, dando así inicio a la más extensa operación de guerra terrestre de la Historia, donde desde ese momento se empleó la mayor parte del poder militar del Eje. En diciembre de 1941 el Imperio del Japón, que había estado en guerra con China desde 1937[2] y pretendía expandir sus dominios en Asia, atacó a los Estados Unidos y a las posesiones europeas en el Océano Pacífico, conquistando rápidamente gran parte de la región.
Publicaciones en la revista Semana Santa de 1944
En la revista "Semana Santa" de 1944 donde publica "Soledad" y "Consumatum est"
SOLEDAD
Las sombras de los seres que he perdido;
la luz de los que amo en el presente,
el odio de mi sangre, el más vehemente;
el sueño de mi alma más querido.
El aliento de gloria que ha esparcido
primavera en el aire transparente;
todo se me ha hecho vano de repente
contemplando tu rostro dolorido.
El poder del recuerdo abre las fosas,
y el odio y el amor pueden más, tanto,
que renueva sinfín todas las cosas.
Un dominio supremo, el del encanto,
ejercen los ensueños y las rosas...,
¡pero a todo poder vence tu llanto!
CONSUMATUM EST
Ha llegado a su máximo incremento
la hoguera de dolor que te devora.
"Todo se ha consumado", dice ahora,
más que tu voz, un hilo de tu aliento.
Al pensar, ¡oh Señor!, en tu tormento
y en mi vida, mil veces pecadora,
se conturba mi alma... ¡Ymi alma llora
entre el espino del remordimiento!
Llorar es salvación. ¡Oh, qué alegría
siento al verme ante ti, Señor,
llorando como hace tiempo que llorar quería!
Conforme voy mis vicios recordando
más deseo mirarte en fu agonía,
porque quiero, Señor, irme salvando.
Como hemos comprobado, que este año de 1944 fue el de la primera publicación de "El canto encadenado" en Idealidad Poética. En estas tres composiciones -los sonetos son su fuerza- apreciamos el dolor de su alma y el deseo de salvación, y recuerda que aún pesan sobre él "La sombra de los seres que ha perdido" (su madre, a Miguel Hernández y a Ramón Sijé), y llora porque llorar es la salvación, "llora en el espino del remordimiento", sin saber aún cual fue su remordimiento.
Son esto años de posguerra época oscura cuando más sufre el poeta la soledad.
"La poesía de Carlos Fenoll" por María Dolores García Selma
(Instituto de Estudios Alicantinos nº 39, 1983. Diputación de Alicante, pp 239-252-Arcivo de Paspar Peral Baeza).
Presentamos unos párrafos instructivos del análisis de la poesía de Carlos Fenoll por la profesora María Dolores García Selma, 1983, de cuyo texto entresaco algunos párrafos:
...........................................Texto.................
Carlos Fenoll es el poeta que se forja en el llamado «Grupo ae la tahona», en la Onihuela de Hernández y de Sijé, que empieza a consagrarse como tal al filo de la guerra en una empresa literaria llamada «Silbo» y que se debate entre el verso y el silencio desde la postguerra y hasta el final de su vida.
La huella que deja su contacto con los miembros de la Generación olecense de 1930 es profunda En su casa, en su tahona, empieza Carlos a vivir ta literatura, porque de viva voz se recitas, se narra, se representa. La literatura se mezcla con el chiste, con las coplas más populares, con el olor a pan recién salido del horno. Allí, las obras de los grandes maestros de la palabra se hermanan con los todavía vacilantes escritos de un grupo de jóvenes con inquietudes artísticas
Todo esto es historia, o divagaciones al filo de la historia, puestas ya de manifiesto en repetidas ocasiones. Las encontramos en algunos escritos de Fenoll, en los de sus amigos, en ias bioqrafías hernandianas. Al analizar su obra poética funcionarán como referente, como base de comprensión de sus contenidos Porque Orthuela, escenario de la juventud de poeta, constituye el único tiempo y el único espacio reales en la poesía de Carlos Fenoll.
Carlos Fenoll empieza a escribir y a publicar muy pronto hacia l 929 a los diecisiete añso. Hasta 1932 será, simplemente, un versificador. Su padre había había sido muy aficioando al trovo, y Carlos hereda su verbosidad, su facilidad de improvisación ...[...]
También ahora hay una justificación biográfica: la guerra, la posguerra. Su talento literario empieza a despuntar en la primavera de 1936. [...] Fenoll, junto con Gabriel Sijé y Jesús Poveda [Ramón Pérez Álvarez y la ayuda de Alfredo Serna, y colaboraciones de Hernández desde Madrid], fundan la revista «Silbo». Publica en ella sus primeros versos de valor. Entra en contacto a través de Hernández con los grandes poetas del momento -Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca...-, algunos de los cuales envían sus versos para la revista. Dos meses después estalla la guerra, «dispersando a los silbadores», según diría Fenoll años más tarde. Luego viene la movilización [con la República]: Madrid, Toledo... Finalizada la contienda, los amigos de las tertulias van desapareciendo: Poveda se exilia, Manuel Molina, incorporado al grupo desde 1932, se marcha a Alicante, Hernández muere en 1942 y Gabriel Sijé pocos años después, en el 46. Carlos Fenoll deja casi por completo de escribir.
Afirmar que Carlos Fenoll se vio impedido para seguir perfeccionando su decir poético puede parecer absurdo, pero hay algo de cierto en ello. Fenoil hizo depender su actividad literaria del entorno humano, de su grupo, de las tertulias. Al acabar la guerra ha perdido todo soporte, está solo. El mismo es consciente de su necesidad de estímulos externos: «Yo, solo, me desvío, desmayo en las sombras más vulgares -había escrito a Poveda desde el frente-. Soy pesimista e indolente por temperamento, y eso hace que busque, como una bestia herida, un rincón oscuro para esperar la muerte. En mi caso, la muerte de las posibilidades de expresar en letras mi sensibilidad o la hermosura que capta mi sensibilidad...». Además, en la Posguerra se ve obligado a emigrar: arruinado su negocio en Onihue, Carlos Fenoll se marcha a Barcelona con su familia. Allí buscan, entre otras cosas, lo que ha perdido en su pueblo: un ambiente literario para continuar su interrumpida labor literaria...[...]
Poca poesía escribirá ya desde 1952, cuando se sabe literariamente rechazado. Alguna vez aprovecha las cartas que envía a su amigos alicantinos para exteriorizar su nostalgia poética, sus frustraciones. la siguiente puede servir de ejemplo:
«Querido amigo Manolo
contesto en verso carta
no por alarde sino
por necesidad de mi alma,
que en el silencio que envuelvo
la intimidad do mi casa
cuando me pongo a escribirte
so encuentra impotente para
hilar y tejer la prosa
de la que vive tan harta
Di ¿cuándo ha sido la vida
tan fieramente prosaica?
Como reacción defensiva
contra su imperio -la Nausea-
ahora me apetece ser
íntimamente de plata
de hojas de brisa y cristal
sonando por mis palabras.
Al dulce ritmo del verso
se me hace como lejana
la voz de hierro del mundo
y mi corazón descansa.
(Carta Manuel Molina 25 de noviembre de 1968)
...[...]
Frustrada esta pretensión de inmortalidad, es decir, desde la consciencia de su no ser poético. Fenoll acude al poema casi exclusivamente como forma de reencuentro con su yo esencial. El poema será, a la vez que un lamento, que un acto nostálgico, un constatar que su sensibilidad sigue viva aunque latente. "La mujer alicantina", texto de 1942, recoge especialmente esta gran pregunta de Carlos Fenoll a la vez que oonsolida la idea de la escisión básica de la personalidad del poeta. Los contrastes regresan ahora en el seno del presente, dividen tajantemente al ser del estar: para Fenoll, la realidad física es mascara, hábito, mueca triste, intrascendencia y vulgaridad, mientras que la anímica, que ha quedado postergada a un rincón interior y relegada al olvido de todos, es «mundo» y «riqueza»:
«Mujer alicantina, en tu homenaje
te ofrezco mi riqueza:
además de un sencillo y negro traje
tengo un mundo transido de belleza...»...[...]
Concluye García Selma:
Tras rastrear brevemente los frutos de este testamento literario que es «Canto encadenado» se puede concluir que, efectivamente, Carlos nunca consiguió ese perseguido estado de gracia en la palabra, hacer dialogar su sensibilidad con la de los demás. Hasta el final de su vida mantuvo intacto el sueño de la palabra que debió concebir en las tertulias de la tahona, el proyecto y más tarde la renuncia a un tipo de poesía que él imaginaba exclusivamente como deleite estático comunicable. Fenol!, tal y como queda reflejado en «Canto encadenado», separó siempre los conceptos de vida y literatura. Para escribir creía necesitar únicamente la estética inherente a las cosas y el equilibrio anímico que le permitiera interpretarlas. La vida le niega el acceso a la palabra como plasmación de la belleza. Escribe entonces para manifestar su disconformidad, su desaliento o su angustia por un mundo perdido o nunca hallado, y entretanto cree abandonar su labor de creación emplazándola para mejor momento y a la vez renegando de cada uno de sus versos. Pero es en este desajuste donde se forja el verdadero poeta. Carlos Fenoll, obsesionado en su utopía, no pareció nunca darse cuenta de esta fusión. El mejor Fenoll es aquél que transporta su angustia de hombre al verso. Su estar sustituye como materia de arte a la belleza, se conmuta por el ser deseado. Fenoll se trasciende a sí mismo desde su trivialidad, al calor del horno, del amor, de la fe y de la añoranza de su tierra.
CONCLUSIONES
Fenoll tal y como se refleja con frecuencia en su poesía, separó siempre los conceptos de vida y literatura. Para escribir creía necesitar exclusivamente la estética inherente a la cosas y tiempo para instalarse en la contemplación y descubrir e interpretar esencias. La vida le niega el acceso a la palabra por estos cauces utópicos. Escribe entonces para manifestar su disconformidad ante el destino, su desaliento o su angustia por un mundo perdido o nunca hallado, y mientras se duele de ello cree abandonar su labor de creación, la emplaza para mejor momento y reniega de sus versos de servidumbre a la realidad. De este desajuste entre sueños literarios y fatigas materiales nace el verdadero poeta, aunque Carlos Fenoll nunca pareció darse cuenta de ello. El mejor Fenoll es aquel que transporta su angustia de hombre corriente al verso, el poeta que quiso ser y siente que no es, el que siente su vida encadenada. De su afán de paraísos apenas deja versos memorables, y en cambio sí muchos de la tristeza de no haberlos encontrado. También versos respetables de su vida trivial al calor del horno, del amor y de la fe con la que consuela su desencanto.
El libro "Poemas" de Silbo de 1936
(Este ejemplar se lo dedicó Gabriel Sijé a Antonio García-Molina Martínez)
4 poemas que aparecen sin títulos: 1 “Esta vida interior”.2”Quise que mi vida fuera”. 3”En el mar”. 4 “Dulce fruto”. Y que posteriormente fueron vueltos a publicar con títulos que corresponden. por orden de aparcición a: 1 "Esta vida interior". 2 "Quise que mi vida fuera". 3 "Ángel de la quilla verde". 4 "Primer hijo".
Son poemas donde se refleja el amor, con metáforas originales y con términos y frases sugeridoras de su emoción por la paternidad. Se atreve incluso a coquetear con el surrealismo, pero muy sutilmente, tan sólo es el empleo de algún término, de alguna metáfora. La mujer tendrá un hueco destacado también en esta época, mostrando dos facetas: el deseo de amor y la experiencia amorosa.
(Archivo de Gaspar Peral Baeza. Edición facsímil que publicó Ediciones Empireuma t la Fundación Cultural Miguel Hernández. Ejemplar cedido en 1997
lunes, 20 de febrero de 2012
CARLOS FENOLL, ENCADENADO AL CANTO
Por José A. Sáez Fernández (1)
«Aquí os lo presento, enlutado, rondador y bohemio. Se llama, como os decía, Carlos Fenoll. Es una esperanzan. (1). Con estas palabras concluía casi su artículo «Valores de Levante: Carlos Fenoll», Ramón Sijé en 1932. Carlos Fenoll Felices nació en Orihuela el 7 de agosto de 1912. Desde niño trabaja en el pequeño negocio familiar: la panadería. Así nos lo evoca Manuel Molina: «En un pequeño carrito cubierto, arrastrado por un asnillo moruno y rabioso, Carlicos abastecía de pan el puesto que su madre tenía establecido en el Mercado Municipal, y también servía a domicilio a la clientela más acomodada». (2). Como el mismo Molina dice, su escuela fue la calle y ya adolescente deletreaba con avidez el periódico «ABC» que recibía asiduamente.
El también miembro del grupo de la tahona, Jesús Poveda, nos habla de los primeros años de Carlos y de su educación primera. Tras indicamos que nació, en la calle de San Juan, escribe: «Este panadero-poeta aprendió a leer y a escribir en escuelas de pobres. Sintió el gusanillo de las letras y se aficionó a la lectura de cuanto libro caía en sus manos. Así, empezó a devorar los folletos de Luis de Val, que entonces estaban de moda, o las novelas de los Dumas o Zamacóis, y entre sus poetas, eligió para su gusto a Emilio Carrere, bohemio de chambergo y pipa, a Vicente Medina, murciano, con sabor a su huerta, que evocaba desde la Argentina, o a Gabriel y Galán, el lírico salmantinos. (3). Poveda cita como una de sus primeras aficiones la del toreo y nos lo muestra a "sus quince años acudiendo a las corridas e incluso arrojándose a la arena como espontáneo. De Carrere y Manuel Machado pasó a Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Sijé, en su citado artículo alude también a Amado Nervo y a Poe. «Yo no quiero leer -me dijo una vez el poeta-, quiero ser independiente, único. Le tengo miedo a Juan Ramón porque me atrae. Pero soy fuerte...» (4).
Sin embargo, Ramón Sijé dice algo que luego la crítica posterior ha recalcado: «Yo no puedo, no sé clasificar a este poeta. Temo que ni clasificarle me clasifique yo mismo. Fenoll se me escapa». Luego, cuando Miguel Hernández, Poveda, Sijé y Murcia Bascuñana comienzan a darse cita en la tahona de la calle Arriba número 5, su panadería, Carlos Fenoll «es el primer animador de sus amigos, él ayuda al pastor para que vaya a Madrid, él amina al estudiante para que saque una revista que está soñando». Esto nos dice Molina de él, además de que es generoso: "Reparte sus revistas, sus libros, organiza reuniones teatrales en broma y en serio e improvisa una escuela de declamación» (5).
Poveda asegura que en aquel tiempo cualquiera de los miembros del grupo hubiera apostado que Carlos era mejor poeta que Miguel, Algo de ello creía también el lírico panadero oriolano cuando confiesa a José María Balcells: « Yo había escrito unos pocos poemas, y me consideraba, ingenuo de mi, capaz de aconsejarle» (6). Lo cierto es que las orientaciones y consejos de Fenoll a Hernández ayudan y alientan profundamente a éste último en la dura tarea del aprendizaje y quedarán para siempre en su poesía.
Sus primeros poemas aparecen en la revista «Actualidad», así como en «El Pueblo de Oríhuela» y en «Renacer», a las que seguirán después « Voluntad» y «Destellos». El fue de los primeros en dirigirse y anunciar en la prensa la figura de Miguel Hernández. Así lo hace en su «La sonata pastoril»: «A Miguel Hernández, el pastor que en la paz y el silencio de la hermosa y fecunda huerta oriolana, canta las estrofas que le inspira su propio corazón» (7) y también se dirige a Ramón Sijé, a quien dedica su poema «Súplica» en 19 y 2: «Tú, padre espiritual, noble y ameno/ Ramón Sijé de la gran nariz de loro; / tú, hermano sentimental, breve y moreno; (...)» (8).
Toda la poesía de Carlos Fenoll en esta primera etapa es alegre y bulliciosa, de «primaveral» la califica Vicente Ramos, (9). Pero en la Nochebuena del año 1935 el poeta-panadero recibe la primera cuchillada con el fallecimiento de Ramón Sijé. Aquel Carlos que nos describe Poveda, al que «sólo le apasionaban tres cosas: la poesía, el cante hondo y el vino de taberna» (10) va a cambiar, como lo va a hacer su forma de sentir la vida y la poesía. «La marcha de Miguel a Madrid y la muerte prematura de Ramón Sijé dejan huérfanos a los restantes componentes del grupo. También Molina -el benjamín- se ha ido con su familia, para vivir definitivamente en Alicante.» (11). Esto escriben los profesores Guillen García y Muñoz Garrigós en su «Antología de escritores oriolanos».
En la primavera del año 1936 Carlos Fenoll, Jesús Poveda y Gabriel Sijé sacan a la luz la revista «Silbo» , de la que sólo aparecieron dos números, y entre uno y otro una publicación titulada «Poemas» con colaboraciones de los tres.
A pesar de la brevísima existencia de «Silbo», su importancia fue enorme. A través de Miguel Hernández se ponen en contacto los poetas madrileños (Nerurda, Aleixandre, etc) con los oriolanos. Como el propio Miguel dice en sus cartas a Carlos, en Madrid se comenta mucho lo de «Silbo». La poesía de Fenoll atraviesa por una etapa transitoria, pero de evidente maduración, en aquel entonces. Va cobrando un carácter más hondo y reflexivo, sobre todo en los temas. Carlos Fenoll había contraído matrimonio en 1933, a los 21 años (según Poveda) con Ascensión Ávila.
Tras estallar la guerra civil española, a primeros de noviembre de 1936, Poveda y Fenoll marchan a Madrid para alistarse como voluntarios en un batallón de milicias, según cuenta el primero de ellos. Allí conocen y entran en contacto personal con Rafael Alberti, María Teresa León, Vicente Aleixandre, Herrera Petere, Antonio Aparicio, etc.
Escribe algunas composiciones de guerra, una de las cuales se titula «La Gloriosa» en honor a la aviación republicana, fue publicada en «El Mono Azul" (12).
Al acabar la guerra Carlos Fenoll regresa a Orihuela y, tras la muerte de su madre [en 1942 según Ramón Pérez Álvarez], la panadería, que había quedado a cargo de su hermano Efrén, termina por desaparecer. Sigue con fervorosa atención y amor el penoso cautiverio de su amigo Miguel Hernández. Con su muerte, acaecida el 28 de marzo de 1942, el poeta-panadero recibe otra gran sacudida.
Mucho se ha insistido en la pereza de Carlos Fenoll, y con certeza. El mismo lo reconoce en sus cartas a los amigos y familiares más cercanos. Es una desgana, un decaimiento espiritual y psicológico lo que se apodera de él y le impide coger la pluma para escribir, no sólo ya un poema, sino una simple carta.
Queriendo liberarse de un pasado que pesa demasiado en su vida, deja Orihuela y marcha a Barcelona [5 agosto de 1947], ciudad en donde residirá hasta su muerte. En los duros años de la posguerra, algunos de sus amigos más allegados, entre ellos Vicente Ramos y Manuel Molina, consiguen de él algunos textos que publican en las revistas «Arte joven» «Intimidad poética», «Verbo», etc. Pero no logra salir de esa modorra espiritual y psicológica, que tan profundamente te acosa.
En sus cartas a Jesús Poveda y a Josefina, su hermana, habla de una novela «La sombra herida», que presenta a varios premios literarios, de los poemas que va escribiendo, etc.
Como el mismo poeta dice, necesita de fuertes sacudidas emocionales para escribir. Una de ellas la recibe con la muerte de Gabriel Sijé, el 20 de junio de 1946.
La mayoría de los textos conservados de Carlos Fenoll de estos años están llenos de pesimismo y de un hundimiento espiritual bastante pronunciado.
En la revista «Verbo» publica en 1946 uno de sus poemas más significativos, «El Canto Encadenado», que se ha dado en considerar corno el que mejor define su personalidad y su sentimiento: «Cantaré entre herramientas de fatiga y quebranto/ya que un fuego inmortal, divino, me lo ordena./ Pero siempre habrá un dejo de amargura en mi canto/mientras llore mi alma su pesada cadena». (13) Entre esta lucha de sentimientos letales y vitales, entre ese hundimiento espiritual y el ansia de superación vino la muerte a buscarle a sus sesenta años, el día 31 de diciembre de 1972 hace ahora ocho años. En carta del 31 de octubre de 1953 había escrito a su cuñado Jesús Poveda y a su hermana Josefina: «Cuando nada nos trae una esperanza optimista, un estimulo o una simple alegría, el tiempo está parado, o lo que es igual, no existe». (14).
JOSE ANTONIO SAEZ FERNANDEZ
NOTAS del artículo
(l).-Sijé, Ramón; «Valores de Levante: Carlos Fenoll», Diario de Alicante, 11 de febrero de 1932.
(2).- Molina, Manuel; Miquel Hernández y sus amigos de Orihuela. (Testi¬monio personal). Málaga, Edición Angel Caffarena, 1969. Pág. 21.
(3).- Poveda, Jesús; Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández. Me moria-Testimonio. México, Ediciones Oasis, S.A., 1975. Pág. 70.
(4).- Sije, Ramón, art.cit.
(5).- Molina Manuel; ob. cit. págs. 22-23.
(6). Balcells, José M"; «Miguel Hernández y Carlos Fenoll», Revista del Instituto de Estudios Alicantinos, núm. 15 mayo-agosto, 1975. Págs. 161-162.
(7).- Fenoll, Carlos; «La sonata pastoril», El Pueblo de Orihuela, 30 de diciem¬bre de 1929.
(8).- Fenoll, Carlos; Canto Encadenado. Edición y prólogo de Manuel Molina. Epilogo de Vicente Rumos. Alicante, Publicaciones del Instituto de Estudios Alicantinos, 1978. Pág. 36.
(9).- Ramos, Vicente; Literatura alicantina, Barcelona, Alfaguara 1965. Pág. 267.
(10).- Poveda. Jesús, ob. cit. págs. 71-72
(11).- Guillen García, José y Muñoz Garrigos, José, Antología de escritores oriolanos. Premio «Ramón Sijé», Orihuela, Publicaciones del Exorno. Ayuntamiento,1974. Pág. 180.
(12).- Poveda. Jesús; ob. cit. págs. 115-116.
(13).- Fenoll, Carlos, Canto Encadenado, ob. cit.pág, 50.
(14).- Poveda, Jesús, ob. cit. pág. 193.
NOTA de publiación
Artículo cedido por J. A. Sáez Fernández, se publicó originariamente en la revista “Canfali”, Orihuela, 14-01-1981.
1).-José Antonio Sáez Fernández nació en Albox (Almería) el 21 de mayo de 1957. Su vocación literaria se inició ya en la etapa escolar y se afianzó en el bachillerato, época en la que obtuvo sus primeros reconocimientos. En su época de estudiante universitario en Granada, el programa "Poesía 70", dirigido por el poeta Juan de Loxa en la emisora de Radio Granada, dedicó una entrega monográfica a su poesía juvenil y fue por entonces cuando publicó su primer poema en la revista "Bahía" de Algeciras, en un número dedicado a la poesía joven en Andalucía.
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, donde leyó su Memoria de Licenciatura titulada "Ramón Sijé: Textos dispersos y olvidados", obtuvo en 1982 una mención especial en el VII premio de novela corta Gabriel Sijé, con su relato Virginia Woolf no pudo amarme. Un año más tarde, publica Vulnerado arcángel (1983), su primer libro de poemas, que viene a ubicar su poesía dentro de un humanismo existencial y metafísico; a éste irán siguiendo los títulos que conforman su ya dilatada trayectoria: La visión de arena (1987), Árbol de iluminados (1991), Las aves que se fueron (1995), Libro del desvalimiento (1995), Liturgia para desposeídos (1997), La edad de la ceniza (2001), Lugar de toda ausencia (2003) Las Capitulaciones (2007), Limaria. Y otros poemas de una nueva Arcadia (2008) y Gozos de Nuestra Señora del Saliente (2010); a los que hay que añadir los cuadernos y plaquettes Piedras sobre el agua (1997), Certidumbre efímera (antología, 1983-2003), Valle sin aurora (2005) y Diván de los amantes (2007).
«Aquí os lo presento, enlutado, rondador y bohemio. Se llama, como os decía, Carlos Fenoll. Es una esperanzan. (1). Con estas palabras concluía casi su artículo «Valores de Levante: Carlos Fenoll», Ramón Sijé en 1932. Carlos Fenoll Felices nació en Orihuela el 7 de agosto de 1912. Desde niño trabaja en el pequeño negocio familiar: la panadería. Así nos lo evoca Manuel Molina: «En un pequeño carrito cubierto, arrastrado por un asnillo moruno y rabioso, Carlicos abastecía de pan el puesto que su madre tenía establecido en el Mercado Municipal, y también servía a domicilio a la clientela más acomodada». (2). Como el mismo Molina dice, su escuela fue la calle y ya adolescente deletreaba con avidez el periódico «ABC» que recibía asiduamente.
El también miembro del grupo de la tahona, Jesús Poveda, nos habla de los primeros años de Carlos y de su educación primera. Tras indicamos que nació, en la calle de San Juan, escribe: «Este panadero-poeta aprendió a leer y a escribir en escuelas de pobres. Sintió el gusanillo de las letras y se aficionó a la lectura de cuanto libro caía en sus manos. Así, empezó a devorar los folletos de Luis de Val, que entonces estaban de moda, o las novelas de los Dumas o Zamacóis, y entre sus poetas, eligió para su gusto a Emilio Carrere, bohemio de chambergo y pipa, a Vicente Medina, murciano, con sabor a su huerta, que evocaba desde la Argentina, o a Gabriel y Galán, el lírico salmantinos. (3). Poveda cita como una de sus primeras aficiones la del toreo y nos lo muestra a "sus quince años acudiendo a las corridas e incluso arrojándose a la arena como espontáneo. De Carrere y Manuel Machado pasó a Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Sijé, en su citado artículo alude también a Amado Nervo y a Poe. «Yo no quiero leer -me dijo una vez el poeta-, quiero ser independiente, único. Le tengo miedo a Juan Ramón porque me atrae. Pero soy fuerte...» (4).
Sin embargo, Ramón Sijé dice algo que luego la crítica posterior ha recalcado: «Yo no puedo, no sé clasificar a este poeta. Temo que ni clasificarle me clasifique yo mismo. Fenoll se me escapa». Luego, cuando Miguel Hernández, Poveda, Sijé y Murcia Bascuñana comienzan a darse cita en la tahona de la calle Arriba número 5, su panadería, Carlos Fenoll «es el primer animador de sus amigos, él ayuda al pastor para que vaya a Madrid, él amina al estudiante para que saque una revista que está soñando». Esto nos dice Molina de él, además de que es generoso: "Reparte sus revistas, sus libros, organiza reuniones teatrales en broma y en serio e improvisa una escuela de declamación» (5).
Poveda asegura que en aquel tiempo cualquiera de los miembros del grupo hubiera apostado que Carlos era mejor poeta que Miguel, Algo de ello creía también el lírico panadero oriolano cuando confiesa a José María Balcells: « Yo había escrito unos pocos poemas, y me consideraba, ingenuo de mi, capaz de aconsejarle» (6). Lo cierto es que las orientaciones y consejos de Fenoll a Hernández ayudan y alientan profundamente a éste último en la dura tarea del aprendizaje y quedarán para siempre en su poesía.
Sus primeros poemas aparecen en la revista «Actualidad», así como en «El Pueblo de Oríhuela» y en «Renacer», a las que seguirán después « Voluntad» y «Destellos». El fue de los primeros en dirigirse y anunciar en la prensa la figura de Miguel Hernández. Así lo hace en su «La sonata pastoril»: «A Miguel Hernández, el pastor que en la paz y el silencio de la hermosa y fecunda huerta oriolana, canta las estrofas que le inspira su propio corazón» (7) y también se dirige a Ramón Sijé, a quien dedica su poema «Súplica» en 19 y 2: «Tú, padre espiritual, noble y ameno/ Ramón Sijé de la gran nariz de loro; / tú, hermano sentimental, breve y moreno; (...)» (8).
Toda la poesía de Carlos Fenoll en esta primera etapa es alegre y bulliciosa, de «primaveral» la califica Vicente Ramos, (9). Pero en la Nochebuena del año 1935 el poeta-panadero recibe la primera cuchillada con el fallecimiento de Ramón Sijé. Aquel Carlos que nos describe Poveda, al que «sólo le apasionaban tres cosas: la poesía, el cante hondo y el vino de taberna» (10) va a cambiar, como lo va a hacer su forma de sentir la vida y la poesía. «La marcha de Miguel a Madrid y la muerte prematura de Ramón Sijé dejan huérfanos a los restantes componentes del grupo. También Molina -el benjamín- se ha ido con su familia, para vivir definitivamente en Alicante.» (11). Esto escriben los profesores Guillen García y Muñoz Garrigós en su «Antología de escritores oriolanos».
En la primavera del año 1936 Carlos Fenoll, Jesús Poveda y Gabriel Sijé sacan a la luz la revista «Silbo» , de la que sólo aparecieron dos números, y entre uno y otro una publicación titulada «Poemas» con colaboraciones de los tres.
A pesar de la brevísima existencia de «Silbo», su importancia fue enorme. A través de Miguel Hernández se ponen en contacto los poetas madrileños (Nerurda, Aleixandre, etc) con los oriolanos. Como el propio Miguel dice en sus cartas a Carlos, en Madrid se comenta mucho lo de «Silbo». La poesía de Fenoll atraviesa por una etapa transitoria, pero de evidente maduración, en aquel entonces. Va cobrando un carácter más hondo y reflexivo, sobre todo en los temas. Carlos Fenoll había contraído matrimonio en 1933, a los 21 años (según Poveda) con Ascensión Ávila.
Tras estallar la guerra civil española, a primeros de noviembre de 1936, Poveda y Fenoll marchan a Madrid para alistarse como voluntarios en un batallón de milicias, según cuenta el primero de ellos. Allí conocen y entran en contacto personal con Rafael Alberti, María Teresa León, Vicente Aleixandre, Herrera Petere, Antonio Aparicio, etc.
Escribe algunas composiciones de guerra, una de las cuales se titula «La Gloriosa» en honor a la aviación republicana, fue publicada en «El Mono Azul" (12).
Al acabar la guerra Carlos Fenoll regresa a Orihuela y, tras la muerte de su madre [en 1942 según Ramón Pérez Álvarez], la panadería, que había quedado a cargo de su hermano Efrén, termina por desaparecer. Sigue con fervorosa atención y amor el penoso cautiverio de su amigo Miguel Hernández. Con su muerte, acaecida el 28 de marzo de 1942, el poeta-panadero recibe otra gran sacudida.
Mucho se ha insistido en la pereza de Carlos Fenoll, y con certeza. El mismo lo reconoce en sus cartas a los amigos y familiares más cercanos. Es una desgana, un decaimiento espiritual y psicológico lo que se apodera de él y le impide coger la pluma para escribir, no sólo ya un poema, sino una simple carta.
Queriendo liberarse de un pasado que pesa demasiado en su vida, deja Orihuela y marcha a Barcelona [5 agosto de 1947], ciudad en donde residirá hasta su muerte. En los duros años de la posguerra, algunos de sus amigos más allegados, entre ellos Vicente Ramos y Manuel Molina, consiguen de él algunos textos que publican en las revistas «Arte joven» «Intimidad poética», «Verbo», etc. Pero no logra salir de esa modorra espiritual y psicológica, que tan profundamente te acosa.
En sus cartas a Jesús Poveda y a Josefina, su hermana, habla de una novela «La sombra herida», que presenta a varios premios literarios, de los poemas que va escribiendo, etc.
Como el mismo poeta dice, necesita de fuertes sacudidas emocionales para escribir. Una de ellas la recibe con la muerte de Gabriel Sijé, el 20 de junio de 1946.
La mayoría de los textos conservados de Carlos Fenoll de estos años están llenos de pesimismo y de un hundimiento espiritual bastante pronunciado.
En la revista «Verbo» publica en 1946 uno de sus poemas más significativos, «El Canto Encadenado», que se ha dado en considerar corno el que mejor define su personalidad y su sentimiento: «Cantaré entre herramientas de fatiga y quebranto/ya que un fuego inmortal, divino, me lo ordena./ Pero siempre habrá un dejo de amargura en mi canto/mientras llore mi alma su pesada cadena». (13) Entre esta lucha de sentimientos letales y vitales, entre ese hundimiento espiritual y el ansia de superación vino la muerte a buscarle a sus sesenta años, el día 31 de diciembre de 1972 hace ahora ocho años. En carta del 31 de octubre de 1953 había escrito a su cuñado Jesús Poveda y a su hermana Josefina: «Cuando nada nos trae una esperanza optimista, un estimulo o una simple alegría, el tiempo está parado, o lo que es igual, no existe». (14).
JOSE ANTONIO SAEZ FERNANDEZ
NOTAS del artículo
(l).-Sijé, Ramón; «Valores de Levante: Carlos Fenoll», Diario de Alicante, 11 de febrero de 1932.
(2).- Molina, Manuel; Miquel Hernández y sus amigos de Orihuela. (Testi¬monio personal). Málaga, Edición Angel Caffarena, 1969. Pág. 21.
(3).- Poveda, Jesús; Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández. Me moria-Testimonio. México, Ediciones Oasis, S.A., 1975. Pág. 70.
(4).- Sije, Ramón, art.cit.
(5).- Molina Manuel; ob. cit. págs. 22-23.
(6). Balcells, José M"; «Miguel Hernández y Carlos Fenoll», Revista del Instituto de Estudios Alicantinos, núm. 15 mayo-agosto, 1975. Págs. 161-162.
(7).- Fenoll, Carlos; «La sonata pastoril», El Pueblo de Orihuela, 30 de diciem¬bre de 1929.
(8).- Fenoll, Carlos; Canto Encadenado. Edición y prólogo de Manuel Molina. Epilogo de Vicente Rumos. Alicante, Publicaciones del Instituto de Estudios Alicantinos, 1978. Pág. 36.
(9).- Ramos, Vicente; Literatura alicantina, Barcelona, Alfaguara 1965. Pág. 267.
(10).- Poveda. Jesús, ob. cit. págs. 71-72
(11).- Guillen García, José y Muñoz Garrigos, José, Antología de escritores oriolanos. Premio «Ramón Sijé», Orihuela, Publicaciones del Exorno. Ayuntamiento,1974. Pág. 180.
(12).- Poveda. Jesús; ob. cit. págs. 115-116.
(13).- Fenoll, Carlos, Canto Encadenado, ob. cit.pág, 50.
(14).- Poveda, Jesús, ob. cit. pág. 193.
NOTA de publiación
Artículo cedido por J. A. Sáez Fernández, se publicó originariamente en la revista “Canfali”, Orihuela, 14-01-1981.
1).-José Antonio Sáez Fernández nació en Albox (Almería) el 21 de mayo de 1957. Su vocación literaria se inició ya en la etapa escolar y se afianzó en el bachillerato, época en la que obtuvo sus primeros reconocimientos. En su época de estudiante universitario en Granada, el programa "Poesía 70", dirigido por el poeta Juan de Loxa en la emisora de Radio Granada, dedicó una entrega monográfica a su poesía juvenil y fue por entonces cuando publicó su primer poema en la revista "Bahía" de Algeciras, en un número dedicado a la poesía joven en Andalucía.
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, donde leyó su Memoria de Licenciatura titulada "Ramón Sijé: Textos dispersos y olvidados", obtuvo en 1982 una mención especial en el VII premio de novela corta Gabriel Sijé, con su relato Virginia Woolf no pudo amarme. Un año más tarde, publica Vulnerado arcángel (1983), su primer libro de poemas, que viene a ubicar su poesía dentro de un humanismo existencial y metafísico; a éste irán siguiendo los títulos que conforman su ya dilatada trayectoria: La visión de arena (1987), Árbol de iluminados (1991), Las aves que se fueron (1995), Libro del desvalimiento (1995), Liturgia para desposeídos (1997), La edad de la ceniza (2001), Lugar de toda ausencia (2003) Las Capitulaciones (2007), Limaria. Y otros poemas de una nueva Arcadia (2008) y Gozos de Nuestra Señora del Saliente (2010); a los que hay que añadir los cuadernos y plaquettes Piedras sobre el agua (1997), Certidumbre efímera (antología, 1983-2003), Valle sin aurora (2005) y Diván de los amantes (2007).
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