Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

jueves, 9 de marzo de 2017

Carta inédita de Vicente Aleixandre a Miguel Hernández, 20 de agosto de 1936





 
(La carta cotiene dos carillas. Se publica una sola cara)

 


(Transcipción de original manuscrito realizado por Vicnte Luis Fenoll.)



Miraflores, 20 agosto 1936

            Querido Miguel [Hernández]: hoy he llegado de Madrid, donde he pasado unos días y he visto a los amigos. Estuve también en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, que tiene ahora un nuevo edificio en la calle del Marqués del Duero. En casa estuvieron Pablo [Neruda] y Delia [del Carril], y Manolo [Altolagirre] y Concha [Méndez], todos cariñosísimos conmigo y yo conmovido de verlos cómo se preocuparon por mí en los primeros días de la rebelión. Hoy hemos regresado aquí, donde si no hay novedad pienso pasar todavía una temporada. En Madrid no pude escribirte, pero ya ves que lo hago hoy mismo, Miguelillo. Tu carta me tardaba, pero llegó tan buena y ligera por el aire, y me traía unas palabras de tu amigo, y mío, Carlos Fenoll a quien escribiré uno de estos días. Me alegro que Carlos piense venir por Madrid en otoño. Giner me enseñó una carta de Jesús Poveda en que me parece que también hablaba de venir por Madrid. Qué buen envío de tu gran tierra.
            Para el número 3 de Silbo te envío poema que deseabas. Lo envío con todo entusiasmo para los silbadores y me da gozo verlo entre ellos, entre la gente que tiene corazón y lo siente uno en cuanto se le acerca. Mi poema no es corto, mis poemas son así generalmente. "Humano ardor" se llama. De amor es y no sé si solo de amor, porque el amor en mis poemas parece que trasciende de lo individual a la tierra, a la naturaleza palpitante en el propio cuerpo humano.
            Bueno, Miguel vilano (?), Miguel dichoso en tu Orihuela ardiente. Me faltaste tú en estos días breves en Madrid. Te hubiera visto mucho. Amigo, en estos días o tiempos trágicos, de sangre y lucha, parece que se siente más, que se quiere más, se desea querer más y ser querido. A Manolo, por ejemplo, estos días parece que me he dado nueva cuenta de lo que le quiero. Y lo mismo con Pablo. Y un amigo que tengo en Gijón, a quien quiero mucho muchísimo, me tiene intranquilo porque no puede regresar a Madrid. He pasado por él mucho, y sigo pasando. No sé cuándo podrá venir
(escrito en los márgenes dando la vuelta a la carta y pasando al margen izquierdo de la página anterior):
porque no hay comunicación ferroviaria. A Giner le dije tus palabras. Te admira mucho y seréis amigos. Supongo saldrá también en el nº 3 de Silbo.  Miguelillo, me parece que te ves recién salido de tu río. ¡Cómo te ríes, Miguel, con tus dientes blancos del río! No te escribo más por no poner otra cuartilla ya que van 3 con el poema (vuelta) (sigue aquí de la pág. anterior). Pero he ajustado la letra. Dile a tu novia [Josefina Manresa] que existo y que me alegro mucho que os queráis mucho. Miguel, hombre, a ver si me escribes antes de salir de ahí. Yo te escribiré en seguida y más largo. Abrazos grandes.
(en el margen superior del principio de la carta):
Miguel, que no salgan erratas. Que lo repasen bien en la prueba, entre dos personas: una a leer en voz alta. [Se refiere al poema que menciona que adjunta a esta carta.]
(en el margen derecho de la primera página):
¿Me ha escrito Ramón [Pérez Álvarez] ? Como he estado fuera, no sé si [se] habrá perdido.