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Nota
-- aquí no hay desperdicio que
valga: Estas cartas son del papel sobrante de "Silbo". Resultan
estupendas, he?
Querido
Miguel: Te decía en la postal que te envié al tiempo de mandarte nuestro
librillo de poemas que al día siguiente, quizás, te volvería a escribir más
detalladamente. Todo se me queda en propósito, es mi fatalidad. Y no es por
pereza precisamente sino porque me distraen los contornos de toda cosa esencial
que intento. A nadie se le escapa el tiempo de entre los dedos como a mí. Nadie
tendrá del tiempo una sensación de arena como yo. En cambio, tanto yo como los
otros Silbadores vamos de vez
en cuando a robarte el tuyo, que debe ser realmente oro por lo que lo
aprovechas.
¿Has
logrado reunir algunas pesetas --¡oh, la parte material de todas las cosas!--
de los librillos? Algo que nos interesa más, no obstante, que eso: ¿qué dicen
del libro nuestro los que te rozan poéticamente, amigos, otros, o han dicho?
Por vanidad o estímulo, ¡qué falta nos están haciendo tus palabras!
Por
ahora te habrá llegado el segundo "Silbo". El primero me gusta más.
El tercero será mejor que estos dos. Tengo entendido que para el 25 estarás en
Orihuela, ¿es verdad? Por si no es verdad te pido ya un poema para el próximo
"Silbo". Mándalo si no has de venir tú mismo a traerlo con relación a
la primera página en cantidad y calidad. Nos interesa mucho esto como poetas y
empresarios de "Silbo"... y al mismo tiempo pide algo a algún alguien
poeta de ahí.
Gracias
al festival lírico que dimos en el Circo --Ramón te mandó un programa: Yo,
"genial poeta"; a ti, "inspirado vate", los chuchos y
compañía se pintan solos-- hemos ganado el periódico de este mes. Sacamos
--mucha calor, poca gente por eso-- alrededor de ocho duros. El éxito
artístico, apoteósico.
Ahora
tenemos en proyecto actuar por los contornos: Callosa, Almoradí, etc. Programas
a base de poesía revolucionaria --Casas del Pueblo, centros, claro-- casi en su
totalidad de Alberti. Aún puede ser que nos acompañes tú en algún pueblo. Haz
por venir pronto a Orihuela, a ver si se te abren más las ganas de comer. Tu
hermana Elvira nos ha dicho que comes poco. Miguel, Miguel, eso no, dita sea!
No te vayas a esqueletizar trabajando. Ven, ven pronto a la sierra esta, a la
huerta, a la paz de cordero que tiene Orihuela en sus entrañas. Sería
maravilloso que te trajeras contigo a Aleixandre. ¿Es tan difícil? ¿No le has
hablado de nuestra poesía natural, de la belleza de nuestros paisajes y la
lujuria de los ojos, senos, y manos, potencia temblorosa de las huertanas? ¿No
le has hablado de los perfiles árabes, impetuosos, ojos brillantes como
cuchillos negros, de los huertanos jóvenes? Comunícale de mi parte que el
saludo que me envió me sacó del pecho, o no sé de dónde, una de las más
legítimas alegrías de mi vida. Su postal la guardo con todas las bayonetas
sobresaltadas de mi sangre. ¡Salud al noble e inmenso poeta!
Miguel
Hernández. Miguel. Miguelillo... Qué más te digo? Es que tengo la sensación de
que no tengo ya palabras y que me quedan que decirte muchas cosas...
Lo
mejor será que te dé un
abrazo
"chillao" y te haga con
la
mano los cinco lobitos y "¡adiós,
adiós!",
como me hace a mí el
mi
regalillo.
Recuerdos
de mi mujer. Mi hermana,
mi
madre, hermano y demás
parientes.
Un
saludo del resto de los silbadores.
Carlos Fenoll