Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

jueves, 9 de marzo de 2017

Carta inédita de Carlos Fenoll a Josefina Manresa de 16 de agosto de 1967







 Transcripción realizada por Vicnte Luis Fenoll



Barcelona, 16 agosto 1967

            Sra. Josefina Manresa.
            Elche - Alicante
           
            Estimada Josefina: Perdóneme por no haberle contestado a su carta a vuelta de correo, pero tuve que salir fuera de Barcelona por unos días y he regresado hoy.
            Respecto a que le han dicho que voy regalando cosas inéditas de Miguel a quien se me antoja, lo único cierto es que en dos ocasiones y a dos solas personas he dejado por breves días lo poco que poseo de Miguel, que es lo que ahora le adjunto a estas letras.
            Reconozco que no se puede ir por el mundo cargados de buena fe. Uno se confía en cualquier individuo, sin más garantía que el entusiasmo que expresa por la obra de Miguel, y luego ha de lamentarlo. Es una verdadera tristeza.
            El hecho de poseer yo este material inédito se debe a que Miguel me lo entregó en junio de 1936 para que lo fuera publicando en números sucesivos de SILBO, la Hoja de Poesía que yo fundé aquel año en Orihuela. Como la guerra interrumpió la publicación, me lo quedé junto con otros originales de distintos poetas que tenía en cartera. Tuve tiempo de devolverlo todo, pero lo de Miguel, por encontrarse él fuera en aquellas fechas, lo guardé en casa hasta tener oportunidad de vernos. Esta oportunidad no se presentó en Orihuela, sino en Madrid, casi al final del 36, en la sede de la Alianza de los Intelectuales. Allí le hablé sobre el particular, diciéndole que si iba por Orihuela y no estaba yo, ya le había dejado el encargo a mi mujer de entregárselo. Entonces me dijo estas textuales palabras, que desataron la risa de Luis Cernuda, de Alberti y la mujer de éste, allí presentes: "No te preocupes tanto por eso, hombre. No faltarán sonetos, octavas y toda clase de traca lírica para festejar la aparición del nuevo gran SILBO que lanzaremos después de la guerra. Eso te lo quedas tú en recuerdo del primer SILBO que se ha quedado afónico y de éste tu humilde, segurísimo y afectísimo SILBADOR que besa tus botas de guerrero -y terminó-, ¡ris, ras!", haciendo una enérgica rúbrica con la mano en el aire.
            Le he relatado esta circunstancia por si la cree aprovechable para explicar la aparición de este material inédito, caso de proyectar su publicación.
            Es para mí un verdadero placer tener ocasión de mandarle mi más sincero y afectuoso saludo, como también a su hijo, el que me gustará mucho conocer.
                                                           Carlos Fenoll