EMILIO CARRÈRE (1)
Mirando del poeta el fiel
semblante
se ve en sus ojos,
soñadores ojos,
la mirada siempre viva y
penetrante
que delata sus románticos
arrojos.
La frente, que recorta su
sombrero,
-sombrero negro que a la
musa
inspira- es claro manantial,
amplio y coplero
que desata en las cuerdas
de su lira.
Sabemos los instintos del bigote
de
cortas puntas que Carrére lleva...
Todo el demonio -extraño
monigote-
también lo usa desde Adán y Eva.
Humo que el viento en su jugar
disipa;
lírica columna de humareda densa
despide la famosa, negra
pipa
que, con su dueño, las
estrofas piensa...
La pipa de Carrére es conocida
por todas las mujeres de
la noche:
mujeres que, pasando por la Vida,
regalan los placeres en
derroche.
También es conocida por los gatos
de miradas verdes -largas
agujas-
La ven pasar de noche, en muchos
ratos,
en busca de las cuevas de
las brujas.
Carréres en sus estrofas ha
prendido
el garbo de la maja y la manola
estampa pandereta, dolorido
gitanas panderetas…¡Alma
española!
Y como sus versos la
cadena de oro
que en el cuello adorna de la
hembra hermosa…
Agua-fuerte: cuadros toreros y
toro
el jaco penco, el capotillo
rosa.
Mas estos versos de color bravío
ya cambian luego, bajo los
misterios
que le inspira el ciprés, alto y sombrío,
las sombras de los hondos monasterios...
Y aspiran esa mística
fragancia
que dan las flores del altar
Cristiano,
llenando los rincones de la estancia
que Dios habita para el bien
humano.
De su espíritu, los claros
sentimientos,
Carrère los comparte en la
pobreza;
él ama le los pobres harapientos,
del ser más desgraciado la
belleza.
Poeta español, el que a la pipa,
inquieta,
lleva siempre en sus
labios -doble broche-.
La pipa de Carrére es la
alcahueta
que llama a las mujeres de la
noche...
Carlos Fenoll.
Publicado en la revista Voluntad, el 30 de junio de 1930
1) Emilio Carrere Moreno (Madrir 1881-1947)
Su primera vocación fue la pintura, después se interesó por el teatro, lo que le llevó a inscribirse en la escuela de declamación del Centro Instructivo Obrero, donde se impartían clases a los pobres. En la escuela se aficionó a los billares, donde conoció al compositor de zarzuela Federico Chueca. Su abuela cayó enferma y su padre socorrió a la familia colocando a Carrere como empleado en el Tribunal de Cuentas.2 Este gesto suavizó las relaciones entre ambos.
Carrere publicó sus primeros versos en los semanarios La Avispa y La Chispa y frecuentó las tertulias literarias. Hizo amistad con el pintor Julio Romero de Torres. En 1902 publica su primer libro, Románticas,3 poemario de tono becqueriano. Bajo la influencia de los poetas malditos franceses (en especial, Verlaine, cuyos Poemas saturnianos tradujo y publicó en 1928), se sintió fascinado por la vida bohemia.