Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

viernes, 14 de septiembre de 2012

Josefina Fenoll, hermana de Carlos


(fotos de Josefina Fenoll Felices, sobre 1945. Archivo de Marisa Poveda Fenoll)


(Archivo de Marisa Poveda Fenoll)

Josefina conocida como "la panadera pan más trabajado y fino" nació en la calle San Juan de Orihuela el día 12 de junio de 1914, hija de José Antonio Fenoll Onteniente y de María Monserrate Felices Lizón. Hermana del poeta Carlos Fenoll. Conoció a Miguel Hernández en el Cuadro Artísticos Musical de la Casa del Pueblo 1927-1028. En abril de 1932 fue novia de Ramón Sijé (Pepito Marín Gutiérrez) hasta la muerte de éste el 24 de diciembre de 1935. Pepito le dedicó La decadencia de la flauta y el reinao de los fantasmas. Publicó en la revista "Batarro" de Albox (Almería) 1990 "Ramón Sijé. Memoria personal" donde cuanta algunos detalles de su noviazgo.

Josefina Fenoll falleció el 5 de marzo de 1999 en Cuernavaca México, en casa de su hija Marisa.

Se crió entre panaderos y poetas, estaba muy acostumbrada a oír mencionar los nombres de García Lorca, Alberti, Aleixandre o Machado entre otros. A leer en los ejemplares del ABC al que estabs suscrito su padre. También estaba acostumbrada a hablar de poesía con clientes y amigos, tal y como hacía con Miguel Hernández cada vez que iba a comprar a la panadería. Josefina y Ramón Sijé empezaron a conocerse en 1932 (según su artículo "Ramón Sijé, memoria personal", en Batarro 1990). Miguel, le dedicaría en enero de 1936, una segunda elegía a Ramón, en la que se dirige a ella sobre todo: "En Orihuela, su pueblo y el mío, se ha quedado novia por casar la panadera de pan más trabajado y fino, que le han muerto la pareja del ya imposible esposo". Ese noviazgo, a decir de algunos, distanciaría algo a Poveda y a Josefina del resto de amigos del grupo, especialmente de Miguel Hernández, por no haber respetado la memoria del amigo muerto.

Josefina formó parte de un grupo de teatro en Orihuela, bajo la dirección de José Bonavia, cartero de profesión, grupo en el que participó también Miguel Hernández. Miguel Hernández estuvo enamorado de ella, que por la edad juvenil debió ser por su belleza, pero al intervenir Ramón Sijé, Miguel le dejo vía libre. Con su profesión de pastor tenía poco que ofrecerle.

Contrajo matrimonio con Jesús Poveda Mellado en Orihuela el 13 de abril de 1937.



Terminada la guerra civil salieron para el exilio, Toulouse, Puerto Rico (donde nació su hija Josei), Santo Domingo y México. Josefina tuvo que trabajar de recepcionista durante el día, porque http://www.blogger.com/img/blank.gifPoveda tenía que salir a trabajar de noche. Tuvieron tres hijos Josei (1940) Marisa 1946 y Fernando (1948-falleció en julio en 1998). Tuvieron nietos: conocemos el nombre de una: Norma que vive en Murcia, con la que deseamos contactar, y Adriana Toussaint, hija de Marisa)





Elegía a la panadera (novia de Ramón Sijé)

Este poema no figura en El rayo que no cesa, a pesar de ello lo he incluido ya que María de Gracia Ifach, seudónimo de Josefina Escolano, lo incluyó en la página 58 de Antología de Miguel Hernández, (Losada, Buenos Aires de 1960), donde anota: «Esta Elegía quería Miguel incluirla junto a la otra de Ramón Sijé, en El rayo que no cesa; por este motivo va aquí». Y respetando esta acertada decisión recojo el poema y lo analizo porque lo creo imprescindible. La novia de Ramón Sijé se llamaba Josefina Fenoll Felice, vivía en la calle Arriba y era hermana de los poetas panaderos: Carlos y Efrén.
Es autora del artículo: "Ramón Sijé, memoria pesonal", publciada en la revista "Batarro" de Albox (Almería), segunda época, nº 2, enero-abril 1990. En esta artículo comenta Josefina que se conocieron en 1932.

Empieza el poeta pidiéndole a la novia que se retiren juntos a llorar a la sombra de un granado, y continúa narrando que «desde un cielo gris desconsolado, / caen ángeles cernidos para el trigo [...]». De esta metáfora he tomado la ilustración ya que posee un gran impacto visual. Obsérvese que en «Soneto Final» apareció por primera vez arcángeles. Vuelve a pedirle que vayan hasta el granado, y le llama panadera lilial, vuelve a tomar la palabra de los modernistas que ya usó en el soneto final con la nevada lilial. Y esto reafirma mi hipótesis de que el poeta quiere emparejar el «Soneto Final» con la «Elegía a Ramón Sijé».

En «buscando abejas va por los panales», también es una forma de emparejarla con «disputando tu novia y las abejas», de la estrofa 14. Y sigue con «sin su labor de sol y de colmena». O también «en silencio de abeja detenida». Hay una obsesión por los panales y las colmenas, que habría que investigar.

De nuevo utiliza la palabra rayo, «como un rayo dispuesta a ser herida». Dos veces utiliza relámpago en una clara alusión al rayo que no cesa. Luego vuelve a consolar a la que «ibas a ser la flor de las esposas» (terceto 16) y a ayudarle a soportar la pena «y a sufrir por lo bajo, compañera».

Remata esta elegía con un «Levántate: te esperan tus zapatos / juntos a los suyos muertos en tu cama». Como si Sijé hubiera muerto sobre la cama de la novia, como metáfora simbólica de una unión sentimental. Y acaba la elegía con una coordinada copulativa: «y la lluviosa pena en sus retratos / desde cuyos presidios [tumba] te reclama». Nos encontramos con «lluviosa pena» que no es sino otro comodín como el poeta ya escribiera en el soneto 2 al decir «lluviosos rayos destructores», y también en el 27 que empieza con «lluviosos ojos que lluviosamente [...]». Un lloro que también empareja con el primer verso de la «Elegía a Ramón Sijé»: «Yo quiero ser llorando el hortelano». La palabra «lloro» se repite dos veces en El rayo..., puesto que el llorar entra en el modernismo con Rubén Darío: «Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer». García Lorca es también de los llorones en sus poemas: «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías». Recientemente la Fundación Cultural MH de Orihuela ha recuperado la correspondencia de Ramón Sijé. Josefina falleció en Cuernavaca en 1999

ELEGIA A LA PANADERA, por Miguel Hernández

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se ha quedado
novia por casar la panadera de pan más trabajado
y fino, que le han muerto la pareja del ya imposible
esposo.)


Tengo ya el alma ronca y tengo ronco
el gemido de música traidora...
Arrímate a llorar conmigo a un tronco:

retírate conmigo al campo y llora
a la sangrienta sombra de un granado
desgarrado de amor como tú ahora.

Caen desde un cielo gris desconsolado,
caen ángeles cernidos para el trigo
sobre el invierno gris desocupado.

Arrímate, retírate conmigo:
vamos a celebrar nuestros dolores
junto al árbol del campo que te digo.

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