He tenido (o tuve) la inmensa fortuna de que el poeta oriolano José Luis Zerón Huguet haya contado con mi modesta colaboración en la antología comentada del poeta Carlos Fenoll, amigo de Miguel Hernández,
panadero y en cuya tahona se celebraban las conocidas tertulias de
aquellos jóvenes poetas que dinamizaron la vida literaria de Orihuela en
los primeros años de la década de los treinta.
La edición ha ido al cuidado de mi buen amigo, del excelente poeta, José Luis Zerón Huguet.
Suya es la idea de llevar a cabo una antología con un enfoque
diferente. Esto es, que un nutrido grupo de escritores (oriolanos o
vinculados a Orihuela) plasme su visión personal sobre uno de los poemas
más representativos de la obra de Carlos Fenoll. Surge, por
tanto, una antología de mirada caleidoscópica, que aborda la figura y la
obra del poeta desde ángulos muy distintos, desde prismas que centran
su análisis en aspectos métricos y formarles, desde posiciones que
abogan por un acercamiento a través de las emociones que los poemas
provocan tras una atenta lectura..
Zerón Huguet, en el prólogo del libro (en la Justificación), nos muestra a Carlos Fenoll
de una manera muy real, muy cercana. No trata, y se agradece que así
sea, de mitificar al poeta, de colocarlo en un plano idílico que no
corresponde. Todo lo contrario, nos acerca al hombre, al poeta que vive
con sus conflictos personales, con sus deseos y sus carencias, con la
aceptación de sus limitaciones. De esta manera se comprende mejor, se
entiende perfectamente, la trayectoria vital y literaria de Fenoll. El
análisis literario y humano de Zerón Huguet demuestra su
conocimiento sobre el poeta, sobre la época que vivió, sobre las
circunstancias que llevan a que su trayectoria creadora tenga altibajos y
contradicciones. Los escritores José Antonio Torregrosa Díaz y Luis Mariano Abad Merino trazan, y complementan las palabras de Zerón Huguet, unos apuntes biográficos que amplían la faceta humana de este poeta que compartió -y alentó- la aventura poética de Miguel Hernández.
Con esta antología se cierra la celebración del centenario del
nacimiento de Carlos Fenoll. Una obra elaborada con mucho y cuidado por
parte de José Luis Zerón Huguet y con una altísima calidad en los
análisis y comentarios por parte de todos los colaboradores: Luis
Mariano Abad Merino, Ramón Bascuñana, José Francisco Blas Sánchez,
Javier Catalán, Alberto Chessa, Atanasio Díe Marín, José Antonio
Fernández, Roberto Fernández, José Luis García Herrera, Manuel García
Pérez, Álvaro Giménez García, Antonio Gracia, Joaquín Juan Penalva,
Aitor L. Larrabide, Mateo Marco Amorós, Fulgencio Martínez López,
Santiago Montobbio, José Antonio Muñoz Grau, Luisa Pastor, Antonio
Peñalver Ortega, José María Piñeiro, Javier Puig, Pepe Rayos, José Luis
Rayos, José Ruiz Cases, Eva Ruiz García, José Antonio Sáez Fernández,
Fernando Sánchez Guzmán, Pascuala Sandoval, Engracia Sigüenza Pacheco,
Ada Soriano, José Antonio Torregrosa Díaz.
PRIMEROS VERSOS PARA MAGDA
Corona de los viejos son los hijos de los hijos.
(Proverbio 17-6)
¡Niña, como yo quería!
al fin el buen Dios me ha hecho
el don de hacerte venir
de los huesos de mis huesos.
Que mi edificio de amor
estaba triste, incompleto,
sin una golondrinita
que hiciera el nido en su alero.
Niña y trigueña, y bonita,
de brujos ojitos negros
y manecitas de seda
que imantan la luz del beso:
si está dormida son como
dos florecitas sin viento,
despierta, son mariposas
de un vivo y dulce aleteo.
¡Niña, mi nieta, qué bella
realidad de mi deseo!
Corona viva eres tú,
guapa, de mis años viejos,
luz nueva en mi corazón,
nueva pasión de mis versos.
Blog de José Luis García Herrera