Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

sábado, 21 de julio de 2012

"Un amigo entrañable", por Antonio García-Molina Martínez

Después de la lectura de una emotiva carta del hermano del poeta, por Antonio García-Molina, éste dijo que la presentación del libro de Carlos Fenoll, un poeta oriolano y un amigo entrañable, suponía para él y para todos los que gozaron de su sincera amistad un grato suceso.

Su título. Canto encadenado, es simbólico:
«Cuantas constelaciones de claras hermosuras
rondando por mi mente sin posible destino.»

Por ello, la obra de Carlos Fenoll, son pequeñas estrellas que escaparon, casi milagrosamente, de su alma, y que aparecían distanciadas en el tiempo, en diversas revistas y en un pequeño folleto de la revista Silbo.
Su amistad con el poeta, que comprende toda la vida de éste, se podía dividir en tres períodos:
El primero, el que denomina «un recuerdo lejano»; otro que comprende los últimos siete años de residencia en Orihuela [1940-1047], desde el fin de la guerra civil hasta la muerte de «Gabriel Sijé»; el tercero, la correspondencia con el poeta durante su estancia en Barcelona.

Este último lo recordaba Carlos Fenoll, en una bella carta:
«¡Qué mundo del alma puede encerrar una breve carta! Vividamente han desfilado por mi imaginación todos los momentos que hemos pasado juntos, en compañía de Sijé y solos, en tu casa, en la mía. Junto a vosotros, junto a ti, todo era correcto, sencillo y puro y mi espíritu descansaba. Esta es una impresión imborrable.»

Ha sido una gran pérdida que Carlos Fenoll no nos haya legado su testimonio, de primera mano, sobre Miguel Hernández y sobre «Ramón Sijé», pues nadie mejor que él lo hubiese podido hacer; él fue el testigo más directo, más calificado del nacimiento y desarrollo de dos figuras portentosas de la literatura patria.

El tenía conciencia de que lo debía hacer, y así lo manifestó en diversas ocasiones.
Pero nada se hizo realidad, pues siempre la misma constante de su vida, aquellas «constelaciones de claras hermosuras, rondando por su mente sin posible destino», siempre el canto encadenado, siempre la misma inútil lucha por romper el cerco fatal e inundar el ámbito ansiado, de estrellas, de luz y de armonía.

Antonio García-Molina Martínez.
Revistas Idealidad, nº 12, marzo-abril de 1978

En la publicación no apareció su nombre por error de imprenta. Lo cual debió enfadarle. En el siguiente número apareció una nota aclaratoria:



Archivo de Gaspar Peral Baeza)


El Viernes Santo de 1979, don Antonio García-Molina, tuvo http://www.blogger.com/img/blank.gifel honor de ser Caballero Cubierto Porta-Estandarte en la Porcesión del Santo Entierro de Orihuela:

(Foto de Antonio Luis Galiano Pérez, en su libro "La Orihuela Mágica", 2003)